Juana Rivas ha sido condenada a cinco años de cárcel por dos delitos de sustracción de menores y a seis años de inhabilitación para ejercer la patria potestad de sus dos hijos, así como a indemnizar al padre, el italiano Francesco Arcuri, con 30.000 euros y al pago de las costas.

Contra esta sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal 1 de Granada y conocida este viernes cabe recurso de apelación ante la Audiencia de Granada.

En el juicio celebrado el pasado 18 de julio, Rivas aseguró que no entregó a sus hijos al padre porque estaba "escapando del maltrato" de su expareja.

En mayo de 2016, la madre de la localidad de Macarena (Granada) se marchó de la isla de Carloforte en Italia, donde residía y donde los niños estaban escolarizados, porque "no quería vivir más bajo las torturas" de Arcuri. Una vez en España, decidió no entregar a sus hijos tal y como le obligaban las resoluciones judiciales porque "quería proteger su integridad física y psicológica", añadió ante el juez.

Sus argumentos de "estar aterrada en Italia" y su alegación de actuar siempre conforme a lo que le iban indicando sus asesores y abogados no han convencido al juez, que finalmente la ha condenado a cinco años de cárcel y a seis de negación de la patria potestad de sus hijos.

Juana Rivas permaneció en paradero desconocido durante un mes junto a sus dos hijos para no entregárselos a su expareja y padre de los pequeños, el italiano Francesco Arcuri, al que había denunciado —y fue condenado— por maltrato en 2009 en España y en 2016 en Italia. En este segundo caso la causa está todavía pendiente de resolverse por la justicia italiana.

En un escrito remitido el pasado día 22 de julio, la acusada defendió que siempe ha respetado la ley y exponía que sus hijos nunca debieron ser entregados a su padre sin haberse investigado previamente la causa de su huida y la violencia que sufren.