Esteban huyó de las maras tras recibir una paliza: "El odio a los gais es una forma de humillar y de sentirse superior"

Unai y Esteban, dos bailarines gais de Honduras obligados a huir de su país por la amenaza de las maras.
Unai y Esteban, dos bailarines gais de Honduras obligados a huir de su país por la amenaza de las maras.
CEAR
Unai y Esteban, dos bailarines gais de Honduras obligados a huir de su país por la amenaza de las maras.

Madrid acoge esta semana las fiestas del Orgullo Gay. Miles de personas llegadas de todo el mundo se han dado cita en la capital con ganas de celebración, pero también de reivindicación. Porque la lucha por la igualdad del colectivo LGTB no ha terminado. Las persecuciones y el hostigamiento por cuestiones de orientación sexual e identidad de género continúan provocando desplazamientos forzosos y el caso de Unai y Esteban es un claro ejemplo de ello.

Esta pareja se vio obligada a huir de Honduras en abril del año pasado por las amenazas de las maras, intolerantes con su condición de homosexuales y sus deseos de ser bailarines. A Unai el acoso de estas pandillas le llevaron a abandonar los estudios de interpretación por temor a ser asesinado. "Era un infierno. Vives con mucho miedo. Vigilando que no te vean, porque siempre te están observando. Pensando qué ruta voy a tomar, si me van a matar, si me van a violar, si algún día se van a cansar de hostigar y van a pasar a la acción. Eso no es vivir", relata.

El caso de Esteban fue más grave porque a él llegaron a darle una paliza. Ese fue el detonante para su salida del país. "Decidimos venir a España porque llegó un momento en que sentíamos que nuestra vida corría peligro", cuenta. "Lo planeamos durante un año. Hicimos llamadas, comprobamos precios, pedimos papeles, el pasaporte... Fue muy ajetreado pero valió la pena para no seguir sufriendo aquello", añade Unai.

El testimonio de estos chicos, que prefieren ocultar sus rostros por cuestiones de seguridad, ha quedado recogido en un vídeo que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha difundido para denunciar la situación de violencia que sufren las personas LGTB en Centroamérica por parte de las maras. "Son grupos criminales que imponen su voluntad y su ideología machista a golpe de pistola. Tienen una concepción de la masculinidad en la que no caben los homosexuales ni los hombres con sensibilidad", denuncia la organización.

"El odio de las pandillas a los homosexuales es una forma de humillar y de sentirse superior a los que tenemos esa orientación sexual", constata Esteban.

Peticiones de asilo

A través de la campaña Guerra no encontrada, CEAR quiere poner el foco en personas como Unai y Esteban que, por una u otra circunstancia, se están viendo obligadas a dejar sus hogares por la violencia de las maras. Estos clanes ejercen su influencia especialmente en Honduras, Guatemala y El Salvador.

"Sus víctimas son objeto de persecución según la actual ley de asilo española, ya que sufren en muchas ocasiones violaciones graves de los derechos fundamentales y no pueden recurrir a una protección eficaz por parte de las autoridades", reclama la comisión y lamenta que hasta ahora esas circunstancias no se hayan tenido en cuenta.

En los últimos cuatro años únicamente han sido concedidas 25 solicitudes de asilo procedentes de los tres países centroamericanos mencionados, de las cerca de 3.400 presentadas, y pese a que solo en 2017 en ellos se registraron más de 13.000 asesinatos.

Las peticiones de Unai y Esteban están pendientes de resolución. Unai no sabe si le concederán el estatuto de refugiado pero sí hay una cosa que tiene clara: "No volvería a mi país, porque allá no se vive".

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