Cádiz, desbordada ante la llegada de migrantes: "Aquí desembarcan todos los días, esto también es un Aquarius"

  • La solidaridad ciudadana ha ayudado a mejorar la atención a los recién llegados.
Pabellón deportivo de Barbate habilitado para la acogida de migrantes.
Pabellón deportivo de Barbate habilitado para la acogida de migrantes.
Ayuntamiento de Barbate.
Pabellón deportivo de Barbate habilitado para la acogida de migrantes.

"Salvamar Gadir ha rescatado una patera con 47 personas (17 menores y tres mujeres) en las proximidades de Barbate. Llegarán a Tarifa a las 14.30 horas", publica Salvamento Marítimo en su cuenta de Twitter. Informaciones como esta han sido y son una realidad más que habitual y es que en las últimas semanas un gran número de migrantes ha llegado a las costas del sur de la península, provocando el desbordamiento de los centros de acogida, dependencias policiales y Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE).

Algunos llevan años viajando, otros han intentado realizar el trayecto en varias ocasiones, incluso hay quienes han nacido en el camino. No viajan en el Aquarius pero llegan cada día a España tras arriesgar sus vidas subidos en pequeñas y abarrotadas embarcaciones, en un intento por sobrevivir y lograr un mejor porvenir.

Municipios gaditanos como Barbate o Tarifa han convertido sus pabellones deportivos en improvisados centros de acogida, llegando a alojar a 378 y más de 500 personas respectivamente. Lo que comenzó como una medida de emergencia ante esta situación, ha llegado a ser el 'hogar' de algunas personas durante cuatro o cinco días.

Aunque esos migrantes, de origen magrebí y subsahariano, ya están siendo trasladados de los polideportivos a otros lugares, siguen llegando nuevas pateras a los puertos. Por ello, el futuro es imprevisible y mientras tanto las medidas eficientes que ayuden a dar respuesta a esta llegada de personas y a su acogida se hacen esperar.

Acogida de urgencia

Un menor marroquí sale de los baños del polideportivo de Barbate acompañado de un Guardia Civil al que da las gracias.
Un menor marroquí sale de los baños del polideportivo de Barbate acompañado de un Guardia Civil al que da las gracias.

Un menor marroquí sale de los baños acompañado de un Guardia Civil al que da las gracias/YOLANDA MARÍN

Un menor marroquí sale de los baños del polideportivo de Barbate acompañado de un Guardia Civil al que da las gracias

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En este escenario colaboran mano a mano múltiples actores. Desde los ayuntamientos han coordinado la acogida, en la que trabaja Guardia Civil, Cruz Roja, Policía Nacional, ONGs, asociaciones y Protección Civil.

"El primer día la situación fue muy complicada, luego fue mejorando. Hemos tenido que asumir competencias que no nos pertenecen, hemos tenido que proporcionar alimentos, agua, servicios de limpieza o de los bomberos", asegura Javier Rodríguez Cabeza, concejal del Ayuntamiento de Barbate.

Son muchos los que reclaman una mayor respuesta por parte del Estado. "Nos dejan desamparados, el Gobierno central nos dice que acojamos pero no nos da los medios", denuncia Daniel Oliva,  jefe de Protección Civil y Bomberos de Barbate. Los migrantes llegaron al municipio la noche del miércoles al jueves, a partir de las dos de la mañana, entre los rescatados había tres bebés junto a sus padres y más de la mitad de las personas eran menores.

Daniel Oliva, Jeve de Protección Civil y Bomberos de Barbate.
Daniel Oliva, Jeve de Protección Civil y Bomberos de Barbate.

Daniel Oliva ( Jefe de Protección Civil y Bomberos de Barbate) / Yolanda Marín

"Están llegando varios Aquarius al día y aquí no hay todas esas personas para recibirles, no llegamos ni a 50. Están desbordados tanto los compañeros de la Guardia Civil como la población", aseguran fuentes policiales que trabajan en el puerto de Tarifa.

Los migrantes alojados en esos polideportivos han pasado varios días allí, donde han dormido en el suelo -los más afortunados sobre colchonetas, los menos sobre mantas, toallas o cartones-. Estas instalaciones, ideadas para celebrar eventos deportivos, carecen de la infraestructura adecuada para atender a cientos de personas en su día a día, tal y como denuncian asociaciones y voluntarios que han prestado su ayuda en ellas.

Implicación ciudadana

Menores migrantes reciben comida.
Menores migrantes reciben comida.

Menores migrantes reciben comida / Ayuntamiento de Barbate

Ante esta situación, la labor de ONGs y asociaciones ha sido imprescindible. La colaboración ciudadana en los municipios de Tarifa y Barbate ha sido de admirar. Desde Barbate, el Centro Social Kinto Pino decidió colaborar ofreciendo su establecimiento para que aquellas personas interesadas llevaran alimentos y comida para los recién llegados.

"La respuesta fue increíble, no pararon de llegar personas con bolsas", cuenta Ana Rosa Troyano, del centro social. Fue tal la implicación del municipio, con multitud de vecinos llevando alimentos personalmente hasta el polideportivo, que desde el Ayuntamiento pidieron que se frenara la llegada de ayuda, pues ya estaba todo cubierto. "Lo que no pudimos llevar lo dimos a servicios sociales y ellos se lo hicieron llegar a Cáritas", cuenta Troyano.

En Barbate ha sido además funtamental la colaboración de la Asociación Pro Derechos Humanos Andalucía (APDHA), encargada de la gestión de recursos como las donaciones de mantas y toallas. "La gente estaba inquieta porque no sabían cuál iba a ser su situación, hubiesen sido necesarios abogados para informarles, aunque gracias a los traductores e intérpretes voluntarios se les pudo dar algunos datos", dice Rafael Lara, miembro de la APDHA.

También en Tarifa se produjo una situación similar. Allí, el ayuntamiento solicitó la ayuda de voluntarios. "En principio éramos 50 personas, pero hemos llegado a ser 200", afirma Pepa Mauri, miembro del colectivo Tarifeños Solidarios, encargado de coordinar la oleada de solidaridad en el municipio.

Además de repartir comidas y ropa, había quienes ayudaban como traductores de árabe o francés. Este ha sido el caso de Paula Tetuán, que habló con decenas de afectados en sus visitas al polideportivo. "No había comida especial para embarazadas, bebés o personas celiacas. Les sacábamos del recinto para darles la comida que necesitaban y pañales a los bebés", cuenta.

El polideportivo de Tarifa se ha enfrentado estos días a un auténtico desafío. Ha alojado a más de 500 personas en un recinto pensado para realizar actividades deportivas, contando con personas con sarna, embarazadas o bebés, escaseando las colchonetas, y con largas colas para acceder a los baños. "Tarifa no tiene ni las infraestructuras, ni la ayuda gubernamental necesaria. Aquí desembarcan todos lo días, esto también es un Aquarius", reclama Tetuán.

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