Sánchez cosecha un no rotundo a su pacto con C's en la primera votación de su investidura

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en su escaño durante la sesión de la tarde de la segunda jornada del debate de su investidura
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en su escaño durante la sesión de la tarde de la segunda jornada del debate de su investidura
EFE/Javier Lizón
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en su escaño durante la sesión de la tarde de la segunda jornada del debate de su investidura

No ha habido sorpresas. El candidato socialista, Pedro Sánchez, ha cosechado un no rotundo de la Cámara en la primera votación a la que se ha sometido para intentar ser investido presidente del Gobierno, solo aliviado por el apoyo de Ciudadanos, con quien había llegado previamente a un acuerdo de legislatura. En total, 130 votos a favor, 219 votos en contra y una abstención, la de Coalición Canaria, previamente anunciada. Muy lejos de los 176 necesarios para la mayoría absoluta.

La votación ha tenido lugar a última hora de la tarde, tras un intenso debate parlamentario que ha tenido momentos muy broncos y duros, especialmente los protagonizados por el cruce de acusaciones y reproches de PP, Podemos y PSOE.

De poco ha servido al tándem PSOE-Ciudadanos las constantes llamadas al diálogo y la responsabilidad que Sánchez hizo en la jornada previa, durante su discurso de investidura en solitario, para superar la "situación de bloqueo" y activar el "cambio", ese "señor" del que tanto se ha burlado en su réplica el líder del PP y presidente en funciones, Mariano Rajoy.

Ni a derecha ni a izquierda ha surtido efecto la llamada al "mestizaje ideológico" de Sánchez. Por un lado, ha obtenido el no tajante del Partido Popular, anunciado por Rajoy nada más subirse a la tribuna, justo antes de desgranar un duro discurso hacia el candidato socialista. Una intervención, la del líder popular, llena de chascarrillos y en la que ha tirado de ironía y hasta de sarcasmo. "Ya verán como lo entienden, a pesar de ser ustedes", dijo Rajoy en repetidas ocasiones dirigiéndose a los diputados socialistas. También se empleó Rajoy a conciencia en ridiculizar el pacto entre PSOE y C's, al que tildó de "curalotodo" y "bálsamo de Fierabrás".

Farsa, engaño, fraude, impostura... Así ha calificado Rajoy a lo largo de todo su discurso la candidatura de Sánchez, a quien ha reprochado hasta la saciedad que haya intentado ser investido pese a ser el candidato de la segunda lista más votada, y con quien se ha mostrado muy dolido por negarse a dialogar con él y no aceptar su gran coalición. "Inexperto" y "desleal" han sido otras de sus perlas hacia el líder socialista, a quien ha acusado de buscar únicamente su promoción personal y su supervivencia política.

En cuanto a la izquierda, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, fue el primero en anunciar su no a la investidura de Sánchez. En un discurso muy pasional y lleno de simbología de izquierdas, con referencias al franquismo, el 15-M y hasta al subcomandante Marcos, Iglesias se comparó con David frente a Goliat y exigió al PSOE un trato de "igual a igual", al tiempo que lo acusó de "escuchar la voz de los poderosos" y de elaborar un "pacto a la medida de las oligarquías".

Bronca por Felipe González

Lo más duro, no obstante, fue cuando se refirió al expresidente socialista Felipe González, de quien dijo que tenía "el pasado manchado de cal viva", en referencia a los GAL. La afirmación de Iglesias desató los abucheos y críticas en la bancada socialista, lo que acabó en un rifirrafe que zanjó la intervención del presidente del Congreso, Patxi López, que dirigía su primer pleno. Pero Iglesias ha dirigido también críticas al PP ("el partido que ha hecho de la corrupción y la injusticia una forma de gobierno", ha dicho) y Ciudadanos, al que ha denominado "la naranja mecánica" y  "marioneta de los poderosos".

"No hace falta que reparta carnés al mejor socialista, ni que sea tan duro con el PP. Tan solo basta con que no vote con ellos", le espetó Sánchez en su réplica al líder de la formación morada. Pero la estrategia de Sánchez de acusar a Podemos de perpetuar a Rajoy y hacer pinza con la derecha no surtió efecto, aunque ambos partidos insistieron en que mantienen la mano tendida. Eso sí, Podemos ha dejado muy claro que será a partir de la semana que viene, si Sánchez, como todo parece indicar, fracasa en la segunda votación de investidura, para la que requiere mayoría simple (más votos a favor que en contra).

Pero si la intervención de Iglesias parece haber alejado la posibilidad de un acuerdo entre PSOE y Podemos, la del líder de C's, Albert Rivera, también hace difícil un hipotético pacto PP-C's. Pese a pedir constantemente al Partido Popular que se sume al pacto o que se asbtenga, Rivera también ha pedido a los dirigentes del PP "valentía" para prescindir de Rajoy, a quien no considera "creíble" para abanderar una nueva etapa política, en la que la lucha contra la corrupción y la regeneración democrática serán pilares fundamentales, a su juicio. "¿Si no ha limpiado ni su casa, cómo va a limpiar España?", ha dicho.

Los partidos nacionalistas de Cataluña y País Vasco han fundamentado su voto en contra de la investidura de Sánchez en su negativa a consultar a catalanes y vascos sobre su futuro, y han rechazado unánimemente el acuerdo suscrito con Ciudadanos. Unos reproches escuchados también a algunos representantes del grupo mixto.

No obstante, la mayoría de los partidos, salvo PP y ERC, han instado al PSOE a hablar y negociar a partir de la próxima semana, dando así por hecho que Sánchez fracasará el próximo viernes, cuando tenga lugar la segunda votación de investidura, para la que requiere mayoría simple. En definitiva, una situación de bloqueo que amenaza con repetirse en bucle y que acerca la posibilidad de celebrar nuevas elecciones el 26 de junio si, como establece la Constitución, ningún candidato logra la confianza de la Cámara en el plazo de dos meses. El reloj ya está en marcha.

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