De las canastas de Sánchez al chotis de Aguirre: las entrevistas más informales de los políticos

  • Los partidos están poniendo en práctica nuevas estrategias de comunicación que pasan por llevar a sus dirigentes a programas de entretenimiento.
  • El incremento del interés por la política y la fractura del bipartidismo están entre los factores que provocan este auge.
  • El último ejemplo lo ha protagonizado Esperanza Aguirre, quien este lunes estuvo en 'El Hormiguero'.
  • Anteriormente habían pasado por el programa de Pablo Motos Pedro Sánchez, Albert Rivera o Cristina Cifuentes.
  • La candidata del PP a la alcaldía de Madrid también estuvo en ¡Qué tiempo tan feliz!, pocos días antes de que lo hiciera su rival Antonio Miguel Carmona.
El candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, participó en el programa de María Teresa Campos, '¡Qué tiempo tan feliz!'.
El candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, participó en el programa de María Teresa Campos, '¡Qué tiempo tan feliz!'.
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El candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, participó en el programa de María Teresa Campos, '¡Qué tiempo tan feliz!'.

La presencia de Esperanza Aguirre este lunes en El Hormiguero fue seguida por más de tres millones de espectadores, lo que situó el programa en el tercer espacio televisivo más visto del día. Cuando en septiembre Pablo Motos entrevistó a Pedro Sánchez, el talk show logró su récord de audiencia hasta el momento, con 2,7 millones de televidentes. Estas apariciones de la candidata del PP a la alcaldía de Madrid y del secretario general del PSOE son solo dos ejemplos de las nuevas fórmulas de comunicación puestas en marcha por los partidos. El arco político se presenta más fragmentado que nunca y se hace imprescindible llegar al mayor número de votantes posible.

"Hay datos de encuestas fehacientes sobre el incremento del interés por la política, sobre todo durante los últimos tres años. Y esto se ha traducido en cómo los medios reaccionan, ya que son una correa de transmisión fundamental entre cómo se comportan los actores políticos y el propio clima de opinión", explica Pablo Simón. Este politólogo, profesor de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III de Madrid y editor de Politikon, apunta que España ha pasado de 2,5 de cada 10 ciudadanos interesados bastante o mucho por la política a 4 de cada 10, porcentaje que se dispara a casi el 70% cuando se pregunta a la ciudadanía con qué frecuencia habla de temas políticos. "Es contracíclico: cuando las cosas en economía y política van mal, la gente discute más sobre ello, y viceversa", agrega.

El líder de los socialistas no fue el primer político en intervenir en un programa televisivo de entretenimiento, pero al hacerlo poco después de haber llamado en directo a Sálvame para expresar su rechazo a eventos como el Toro de la Vega, provocó un encedido debate que finalmente parece haberse convertido en una tendencia a la que la mayoría se apunta.

Y es que ese incremento del interés en la política se produce además en un contexto de fractura del bipartidismo. "Los políticos se están dando cuenta de que no todo está hecho por los cenáculos de los partidos y que hay que mojarse porque hay más competencia que antes", asegura Juan Díez Nicolás, catedrático emérito de Sociología. "Eso es bueno, que volvamos otra vez a la democracia que crece desde abajo", continúa.

Junto a ese mayor interés de los ciudadanos por las cuestiones políticas y el surgimiento de nuevas formaciones, Pablo Simón suma otros factores que explican este fenómeno, como la fragmentación de las audiencias y el crecimiento de la competencia televisiva en un contexto de crisis económica. "Es una combinación de todo ello lo que explica por qué estamos viviendo esta dinámica tan curisosa", indica. "Hay cierta alianza implícita entre nuevos políticos y gente que comunica bien con las cadenas de televisión o con los medios tradicionales porque les da audiencia", añade.

Se generan así espacios seguidos por un electorado medio que se engancha a un tipo de género televisivo que pretende moverse entre el entretenimiento y la información. "Esa combinación hace que mucha gente considere que lo que ve en tertulias o programas de humor es representativo de información política real y lo asimile de manera equilibrada. Por eso la estrategia que siguen ahora los políticos tiene cierto sentido, porque ahora es ahí donde se decide el nivel de notoriedad y de conocimiento público que tienen", comenta Simón.

El peligro de la sobreexposición

Estas apariciones aumentan la tasa de conocimiento, pero estas estrategías de comunicación pueden ser un arma de doble filo. "El riesgo de la sobreexposición te puede lleva a la pérdida de credibilidad", señala Pablo Simón. No en vano, las posibilidades de cometer un error aumentan. "Es un equilibrio difícil de gestionar", advierte.

Si bien los nuevos partidos están priorizando la "agenda mediática", también los hay que han dado "pasos atrás". "Desde enero Podemos ha retrocedido mucho en términos de exposición mediática. Han sido conscientes de que una exposición tan acelerada sin tener suficientemente elaborados los mimbres del programa y sin tener elegidos a los candidatos les exponía. Ciudadanos lo está haciendo al revés: primero está sacando el programa y los candidatos son menos conocidos", concluye el politógolo.

De momento, los políticos parecen haber visto un filón en estas técnicas de comunicación y es probable que sigan dejándose ver en espacios televisivos.

Aguirre, Sánchez, Rivera, Garzón, Lozano...

Tras ver las habilidades de Pedro Sánchez con el baloncesto o tocando el Otamatone junto a Trancas y Barrancas, se ha visto al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, hablando con Pablo Motos de asuntos como si es mejor llevar tanga o braga, si la tortilla sabe mejor con o sin cebolla o si es mejor hacerlo con la luz apagada o encendida.

El Hormiguero también cuenta entre sus entrevistados en los últimos meses con la aspirante del PP a presidir la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. La exdelegada del Gobierno mostró en directo cómo se hace la coleta, casi tan famosa como la del líder de Podemos, Pablo Iglesias. "La tengo más larga que él", dijo.

Pablo Motos aprovechó la ocasión para pedirle a Cifuentes que convenciese a Esperanza Aguirre de que fuese al programa y finalmente, lo consiguió. Este lunes, la también presidenta del PP de Madrid bailó con el presentador y se marcó un chotis en inglés. En las redes sociales El Hormiguero logró cuatro millones de impresiones e igualó su seguimiento en Twitter con La que se avecina, con 22.600 tuits.

Antes de pasar por el plató de Antena 3, Aguirre estuvo hace unas semanas en ¡Qué tiempo tan feliz!, el espacio que María Teresa Campos presenta en Telecinco los fines de semana por la tarde. Allí no dudó en arrancarse a bailar el tema No estamos locos, de Ketama.

Poco después era su rival socialista a la alcaldía, Antonio Miguel Carmona, quien acudía a ese mismo programa. Si Aguirre había bailado, él además cogió el micrófono y cantó Everybody loves somebody sometimes.

Estas entrevistas en El Hormiguero o ¡Qué tiempo tan feliz! han tenido una gran repercusión, pero no son las únicas apariciones informales de los políticos españoles en televisión. El Intermedio cuenta con el espacio Personal Shopper en el que Thais Villas ha entrevistado a dirigentes políticos mientras les llevaba a hacer la compra al mercado. Por esta sección, de preguntas distendidas y personales, han pasado Sánchez, Rivera; el candidato de IU a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón; el popular Borja Sémper, o la diputada de UPyD, Irene Lozano.

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