Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia, padres del recién proclamado rey Felipe VI y de sus hermanas Elena y Cristina de Borbón, van a pasar a un segundo plano dentro de la institución de la Corona de España. Los detalles sobre su papel y estatus oficiales a partir de ahora aún tardarán en rematarse del todo, aunque el Gobierno ha atado que sigan siendo, de forma honorífica, reyes.

Felipe VI será rey desde las 00.00 horas del 19 de junio de 2014. A pesar de haber sancionado la ley orgánica que regula su propia abdicación, su padre, Juan Carlos de Borbón, seguirá siendo rey, aunque de forma honorífica, en virtud de la modificación del real decreto del 6 de noviembre de 1987 sobre Régimen de títulos, tratamientos y honores de la familia real llevada a cabo por el Gobierno. Así ocurre también con Sofía de Grecia, la madre del rey.

Ambos tendrán este título, el de reyes, de forma vitalicia. Lo mismo ocurrirá con el tratamiento de "Majestad". Seguirán siendo, asimismo, familia real, ya que el Registro Civil de la Familia Real, en el que se inscriben, entre otros actos, nacimientos, matrimonios y defunciones, incluye a los ascendientes de primer grado del rey. Elena y Cristina de Borbón se quedan fuera y pasan, por contra, a formar parte del colectivo genérico "familia del rey".

A través de un portavoz de Zarzuela, Juan Carlos de Borbón manifestó recientemente su deseo de no utilizar ningún título nobiliario, ni siquiera el de Conde de Barcelona, que es el que disfrutó su padre, Juan de Borbón y Battenberg. Es el nuevo rey, Felipe VI, el único que ahora puede autorizar que los miembros de su familia utilicen títulos de nobleza que pertenezcan a la Casa con carácter "carácter graciable, personal y vitalicio".

La modificación legal comentada antes también regula los honores militares que seguirán recibiendo los reyes Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia, ya que hay que tener en cuenta, además, que el primero deja de ser jefe supremo de las Fuerzas Armadas —cargo que ha pasado a Felipe VI— para convertirse en capitán general en la reserva; antes de la ceremonia de proclamación, Juan Carlos de Borbón impondrá a su hijo en otro acto el fajín de capitán general de los Ejércitos.

A partir de ahora, a Juan Carlos de Borbón le corresponden los mismos honores militares que a la princesa de Asturias, la heredera. Esto es, según el real decreto 684/2010, de 20 de mayo: honores militares de arma presentada e himno nacional en versión breve y, en su caso, salva de 19 cañonazos y cinco voces de "¡Viva España!". Asimismo, recibiría honores si es que hace un viaje de carácter oficial al extranjero, "a la despedida y recepción".

También los recibirá cuando llegue "a cualquier población del territorio nacional, siempre que sea posible disponer de una fuerza de entidad adecuada y así se determine", en los actos militares que presida, si es que lo hace, "y en los de carácter civil que se determinen". De la misma manera, cuando visite, si es que lo hace, de manera oficial unidades de las Fuerzas Armadas. Para las despedidas y recepciones hay una regulación muy detallada.

La reina Sofía, por su parte, recibirá los honores militares correspondientes a la princesa o al príncipe de Asturias consortes. Estos son honores militares de arma presentada e himno nacional en versión breve y cuando presidan actos militares y visiten oficialmente unidades de las Fuerzas Armadas. En los actos de carácter civil que se determinen y en la despedida y recepción de viajes oficiales al extranjero, si los hiciera, también los recibirá.

Fuentes de la Casa del Rey confirmaron que los padres de Felipe VI seguirían viviendo en el Palacio de la Zarzuela, aunque el nuevo rey ocupará el que fue el despacho de su padre. El nuevo monarca fijará las tareas que, eventualmente, desempeñarán sus padres, aunque las mismas fuentes explicaron que se podrán ir decidiéndose en el día a día, igual que antes se aprobaba un real decreto cada el que el Príncipe acudiera a una toma de posesión de un presidente extranjero.

Zarzuela ha dejado la puerta abierta a que al nuevo rey y al Gobierno les interese que en algún momento Don Juan Carlos haga algún viaje, teniendo en cuenta su amplia agenda de contactos internacionales En cuanto al protocolo —orden de precedencia—, el Gobierno ha establecido que Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia se sitúan en tercera posición, por detrás de las hijas de los nuevos reyes.

El nuevo rey es quien distribuirá ahora "libremente", como hizo su padre, el dinero que recibe de los Presupuestos del Estado "para el sostenimiento de su Familia y Casa". En 2014, la dotación y los gastos de representación de los miembros de la familia real asciende a 698.331 euros —de un total de 7,77 millones—; todos ellos pagan IRPF, ya que la retribución que reciben tiene la consideración de rendimientos del trabajo.

De este dinero, en principio, saldría lo que reciban a partir de ahora Don Juan Carlos y Doña Sofía, ya que según los informes complementarios a la ley de Abdicación, ésta no costará ni un euro de más al Estado. Elena de Borbón —Cristina ya no recibía sueldo—, al dejar de ser familia real, no percibirá nada.

Juan Carlos de Borbón pierde su inviolabilidad al dejar de ser rey; Sofía de Grecia no tenía regulada su situación jurídica. La inviolabilidad afecta a los actos del rey durante su mandato, aunque el actual presidente del Congreso, Jesus Posada, manifestó sus dudas sobre si un juez —no así un tribunal— aceptaría una hipotética denuncia contra él una vez que la inmunidad hubiera desaparecido.

El Gobierno ultima una fórmula para proteger a Don Juan Carlos y a Doña Sofía. Lo más probable es que se incluya en la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, tal y como ha sugerido la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial en su informe sobre el anteproyecto. Pide que se atribuya a los padres de Felipe VI "la prerrogativa del aforamiento", tal y como planteó el Ministerio de Justicia —y así está decidido— con las figuras de la reina y los príncipes de Asturias.

Esto significará que, en caso de ser investigados por la supuesta comisión de un delito, será un tribunal superior y distinto —concretamente, el Tribunal Supremo— al que le correspondería a un ciudadano normal el que se ocupe del caso. La forma de introducir esto en la LOPJ podría hacerse, en principio, con una enmienda de grupo parlamentario durante el actual trámite en las Cortes. El Gobierno reconoció hace unos días que ya tenía lista la redacción del texto, aunque el proceso completo podría demorarse unas semanas.