Los bebés del siglo XXI

  • España se encuentra a la cabeza de Europa en el tratamiento de la infertilidad.
  • Los nuevos avances hacen más fácil la concepción de un hijo.
  • Has empleado algún tratamiento de fertilidad.
Una de cada tres parejas españolas en edad reproductiva tiene problemas para tener hijos. El estrés y la
edad cada vez más tardía (35 a 40 años) a la que decidimos ser padres, en ocasiones por las prioridades profesionales, son factores que afectan a la fertilidad.

Desde que naciera la primera niña probeta española, en 1984, la ciencia ha dado pasos de gigante en este campo. España se encuentra actualmente a la cabeza de Europa en el tratamiento de la infertilidad y son muchas las parejas que recurren a estas técnicas.

"Ya no son ciencia ficción y gracias a ello existe un amplio abanico de posibilidades para las pacientes", indica el doctor Antonio Requena, codirector de la clínica del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Madrid.

Los últimos avances

"La capacidad del ser humano no es tan amplia como para adaptarse a los cambios que experimenta la ciencia", explica Soledad Chamorro, psicóloga de este centro. Los últimos avances están dirigidos a hacer más fácil la concepción de un hijo:

Vitrificación de óvulos: Con la ley de reproducción asistida aprobada en mayo de 2006 se permite la congelación de ovocitos. Esto supone un gran beneficio para las pacientes que se ven sometidas a la extirpación de uno o ambos ovarios, que deben someterse a sesiones de quimioterapia o seguir cualquier otro tratamiento agresivo que pueda poner en peligro su fertilidad. También se contempla la congelación completa de ovarios o de tejido de éste, permitiendo así la preservación de la vida reproductiva de la mujer de cara a posibles tratamientos reproductivos en el futuro. En el IVI, la aplicación de esta técnica ha permitido que 14 mujeres estén embarazadas a día de hoy.

Maduración in vitro: Está especialmente recomendada para mujeres jóvenes o con ovarios poliquísticos que no necesitan o pueden verse afectadas negativamente por la estimulación hormonal previa que requiere toda técnica reproductiva. Permite extraer de la madre unos pocos óvulos inmaduros para que terminen de desarrollarse y fecundarse fuera del cuerpo de la mujer.

Diagnóstico preimplantacional: Uno de los grandes pasos es la posibilidad de analizar la presencia de alteraciones cromosómicas y genéticas en embriones antes de ser implantados en el útero de la madre. Así se evitan enfermedades como el síndrome de Down o la hemofilia.

Otros caminos para tener hijos

La inseminación artificial (colocación artificial del semen en el útero), fecundación in vitro (cultivar óvulos inseminados para transferirlos a la madre) e inyección citoplasmática (inyectar un solo espermatozoide en un óvulo) son las más comunes. Para los casos más complejos se puede recurrir a los donantes.

El tortuoso camino hacia el embarazo

Mª José González. Preside la asociación de pacientes Ceres.

"Estábamos obsesionados".

"Desde que me casé, a los 18 años, quisimos tener niños. Lo intentamos durante cinco años y dejamos los ahorros en tratamientos sin efecto. A los 21 perdí un ovario y parte del otro. Pensé que no me quedaría embarazada. Más tarde conseguí quedarme, tras cuatro intentos con fecundación in vitro, pero aborté. Ya era mayor y los médicos no querían arriesgarse, pero quise intentarlo una última vez. Cuando llevaba tres días de tratamiento y sin haber entrado siquiera en quirófano, comencé a sentirme rara, me hice un test y... ¡estaba embarazada de forma natural! Al parecer, tras un aborto hay más posibilidades de quedarte en estado, y así fue. Tuve a mi niño en 1997 y fuimos a por el segundo, también de forma natural, en 1999. Aún así, doné mis óvulos a la investigación, quiero contribuir al avance de la ciencia".

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