Adolfo Suárez, el hombre de la "convivencia" española

Adolfo Suárez, en una imagen de archivo.
Adolfo Suárez, en una imagen de archivo.
GTRES
Adolfo Suárez, en una imagen de archivo.

"La democracia es sólo un sistema de convivencia. El menos malo de los que existen". El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez pronunció estas palabras en una entrevista en 1980. Habían pasado tres años de las elecciones que le dieron la victoria a UCD y apenas dos desde la aprobación de la Constitución. Suárez y Transición son conceptos inseparables.

Hasta su fallecimiento este fin de semana, el primer presidente de la democracia llevaba varios años al margen de la vida pública aquejado de alzhéimer, según reveló su hijo Adolfo en TVE en 2005. Empezó muy joven en política de la mano de Fernando Herrero Tejedor, considerado uno de los "reformistas" del Régimen. Se licenció en derecho en la Complutense de Madrid, aunque pasó también por la Universidad de Salamanca.

Suárez nació en Cebreros (Ávila) el 25 de septiembre de 1932. Con apenas 25 años comenzó a prestar servicios en la Delegación Nacional de Provincias. Después, fue jefe del Gabinete Técnico de la Vicesecretaría General del Movimiento y director del Gabinete Jurídico de la Delegación Nacional de Juventudes. En 1964 aterrizó en Televisión Española.

Llegó a ser director general de la televisión pública española, cargo que ocupó entre 1969 y 1973. Justo antes, en 1968, fue gobernador civil de Segovia y procurador en Cortes. Esta apretada actividad no hizo más que crecer: en 1975 fue nombrado ministro general del Movimiento con Carlos Arias Navarro, tras cuya dimisión se convirtió en el hombre de confianza del rey.

El hombre de confianza del rey

Juan Carlos I le nombró presidente del Gobierno en 1976, hecho que causó sorpresa general. Con la ayuda de Torcuato Fernández, Suárez logró redactar una Ley de Reforma Política, aprobada por referéndum el 15 de diciembre por el 94,2% de los votantes. Nombró al general Gutiérrez Mellado vicepresidente y afrontó las reformas militar y política.

En marzo de 1977 decretó la amnistía política, una demanda de toda la oposición. Se legalizaron todos los partidos, incluido el Partido Comunista, y también los sindicatos. El 15 de junio de ese mismo año se convocaron las primeras elecciones libres, a las que Suárez se presentó como cabeza de lista en Madrid por la coalición Unión de Centro Democrático (UCD).

Al frente de esa unión de "azules", "populares", "cristianos" y "socialdemócratas", salió victorioso, formó el tercer gobierno de la monarquía y el primero de la democracia, que quedó constituido el 5 de julio de 1977 y firmó los llamados Pactos de la Moncloa. También aprobó el IRPF y los Estatutos de preautonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia, entre otras reformas.

Poco después llegó uno de los hitos más importantes bajo su mandato: la Constitución española de 1978, que fue ratificada en referéndum el 6 de diciembre. UCD volvió a ganar las elecciones convocadas el 1 de marzo de 1979 y Suárez tomó posesión como primer presidente de Gobierno constitucional. Solo un año después superó una moción de censura, pero el 29 de enero de 1981 decidió presentar su dimisión.

Cuatro años y siete meses

Gobernó durante cuatro años y siete meses, con cinco gabinetes, diversas remodelaciones y un total de 58 ministros diferentes. Durante su mandato afrontó dos intentos de golpe de Estado, en noviembre de 1978 —Operación Galaxia— y el 23 de febrero de 1981 —el asalto al Congreso con el coronel Tejero—. La inflación, el paro, el terrorismo y el Estado de las autonomías marcaron su tercer mandato.

El rey le concedió el título de Duque de Suárez, abrió un bufete jurídico en Madrid y en 1982, tras abandonar definitivamente UCD, fundó el partido Centro Democrático y Social; ese año fue elegido diputado del Congreso junto a Rodríguez Sahagún y ambos votaron por Felipe González en la sesión de investidura. En 1988 llegó a vicepresidente de la Internacional Liberal y Progresista.

El expresidente del Gobierno fue mediador entre Colombia y Venezuela, fue observador en el plebiscito chileno y visitó Nicaragua. Asimismo fue portavoz de una comisión internacional de observadores en las elecciones de Paraguay. El 12 de octubre de 1989 fue elegido presidente de la ILP. En las elecciones de 1989, a pesar de toda esa actividad internacional, asistió al fracaso de su formación.

Así, dimitió como presidente del CDS en 1991 tras conocerse los primeros resultados de las elecciones autonómicas y locales —el partido no llegó al 4% de votos—. Meses después renunció también a su escaño de diputado y también a la ILP. El Congreso extraordinario del CDS eligió como sustituto de Suárez a Rafael Calvo Ortega. Suárez se apartó de la política.

Fallecen su mujer y su hija

Suárez negó a recibir cualquier remuneración con cargo al Estado por su condición de ex jefe del Gobierno, por lo que los siguientes años, en los que se dedicó a cuidar de su mujer y su hija Marian, enfermas de cáncer, no fueron fáciles. Hipotecó su casa palacio de Ávila y en abril de 1995 Banesto ejecutó la hipoteca al no poder hacer frente al pago.

Su mujer falleció en 2001 y su hija lo hizo en 2004. Una de sus últimas apariciones públicas se produjo en 2003, cuando acompañó a su hijo Adolfo durante un mitin en apoyo a su candidatura a la presidencia de Castilla-La Mancha por el Partido Popular. En 2005, su hijo desveló en una entrevista en TVE que su padre padecía una enfermedad neurológica degenerativa.

Hasta entonces, se prestó como moderador político en varios asuntos nacionales. En 1995, por ejemplo, pidió públicamente diálogo para terminar con el clima de confrontación que el país vivía, así como la convocatoria de elecciones generales. En 1996 Telefónica lo fichó como asesor presidencial de la empresa en asuntos de estrategia de expansión en América Latina.

Fue presidente de la Fundación CEAR-Consejo de Apoyo a los Refugiados entre 1996 y 2001 y fue nombrado presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, creada por el Gobierno en 2001, hasta 2004, cuando fue nombrado presidente de honor. Suárez posee múltiples condecoraciones, entre ellas, la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz de Carlos III, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia y la Gran Placa de Honor y Mérito de la Cruz Roja.

La foto con el rey

El 8 de junio de 2007, por Real Decreto, el rey le otorgó el Collar de la Insigne orden del Toisón de Oro, la orden dinástica de mayor prestigio del mundo. Una imagen del Rey y Suárez paseando ese día (en 2008), captada por su hijo, Adolfo Suárez Illana, fue publicada en la prensa y por ella éste fue galardonado con el Premio Ortega y Gasset a la Mejor Información Gráfica en 2009.

El 20 de septiembre de 2011 el presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, y el presidente del Congreso, José Bono, presidieron un acto institucional organizado por la Cámara Baja para colgar su retrato en la galería de eminentes personajes políticos. Su último homenaje tuvo lugar el 27 de enero de 2012 en la Universidad Europea de Madrid (EUM).

En febrero de 2009 Suárez fue ingresado durante una semana en un hospital por una afección pulmonar leve. En enero de 2010 volvió a ser hospitalizado durante cuatro días por una leve afección respiratoria. El 28 de octubre del año siguiente volvió a ser ingresado un día para someterse a una revisión y el 25 de abril de 2012 fue hospitalizado de nuevo por una bajada de tensión; en diciembre fue sometido a otra revisión. Este mismo mes había sido ingresado de nuevo.

Aficionado al golf, sufrió fractura de una costilla el 15 de septiembre de 1996 al recibir el golpe de una pelota cuando se encontraba practicando este deporte en Madrid. Suárez era viudo de Amparo Illana Elórtegui, con quien tuvo cinco hijos: Marian, fallecida el 7 de marzo de 2004, Adolfo, Laura, Sonsoles y Javier. Suárez es el segundo expresidente del Gobierno de la democracia española que ha fallecido, tras la muerte de Leopoldo Calvo Sotelo en 2008.

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