Adolfo Suárez, el gran artífice de la Transición, cumple 80 años

  • Alejado de la vida pública desde 2003 debido a una enfermedad neurológica degenerativa, sigue siendo un referente democrático, respetado y admirado.
  • "Fue un gran comunicador, el más 'kennedyano' (por el presidente Kennedy) de los políticos españoles", dice de él uno de sus biógrafos, Manuel Campo Vidal.
Fotografía de archivo, tomada el 18 de marzo de 1995, del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez y su esposa Amparo Illana. Amparo falleció en Madrid en 2001 tras una larga enfermedad.
Fotografía de archivo, tomada el 18 de marzo de 1995, del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez y su esposa Amparo Illana. Amparo falleció en Madrid en 2001 tras una larga enfermedad.
Manuel H. de León/ EFE
Fotografía de archivo, tomada el 18 de marzo de 1995, del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez y su esposa Amparo Illana. Amparo falleció en Madrid en 2001 tras una larga enfermedad.

Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia y uno de los artífices de la Transición en España, nació tal día como hoy hace 80 años, en la localidad abulense de Cebreros.

Apartado de la vida pública desde años,  en mayo de 2005 su hijo Adolfo Suárez Illana confirmó en una entrevista que su padre padecía una enfermedad neurológica degenerativa.

Desde entonces no se ha vuelto a tener ninguna imagen suya, excepto la que trascendió de la visita que el rey Juan Carlos le hizo a su domicilio para entregarle el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro en el transcurso de una ceremonia privada.  La imagen, captada por su hijo Adolfo Suárez Illana, fue publicada en la prensa y fue galardonada con el Premio Ortega y Gasset a la Mejor Información Gráfica en 2009.

Un reformistas del Régimen

Licenciado en derecho, Suárez participó desde muy joven en la vida política, de la mano de Fernando Herrero Tejedor, considerado uno de los "reformistas" del Régimen.

Vinculado a Televisión Española desde 1964, en 1969 fue nombrado director general, cargo que ocupó hasta 1973. Fue además gobernador civil de Segovia (1968) y procurador de representación familiar por Ávila en la IX y X legislaturas de las Cortes Orgánicas.

Sucedió a Herrero Tejedor como ministro Secretario General del Movimiento tras su muerte, en diciembre de 1975, en el primer gobierno de la Monarquía, presidido por Arias Navarro.

Tras la dimisión de éste, el 3 de julio de 1976, don Juan Carlos lo nombró presidente del Gobierno, convirtiéndose entonces en hombre de confianza del Rey e impulsor de la reforma política que acabó con la dictadura.

Conocedor de las instituciones políticas del régimen franquista, con la ayuda de Torcuato Fernández Miranda redactó la Ley de Reforma Política, aprobada en referéndum en diciembre de 1976, con la que se desmontaba el franquismo y se abría el camino hacia la democracia.

Después de poner en marcha la primera reforma militar, con el nombramiento del general Gutiérrez Mellado como vicepresidente primero del Gobierno, emprendió la reforma del sistema político, con la aprobación de la amnistía en marzo de 1977, la legalización de todos los partidos y los sindicatos, concluida en el mes de abril y la convocatoria de elecciones libres el 15 de junio de ese año.

Primeras elecciones libres

Adolfo Suárez se presentó como cabeza de lista en Madrid por la coalición Unión de Centro Democrático, que había contribuido a formar desde el poder, uniendo diversos grupos políticos de variada ideología.

Tras el triunfo electoral de UCD, formó el tercer gobierno de la Monarquía y el primero de la democracia, constituido el 5 de julio de 1977. En este mandato se firmó los Pactos de la Moncloa, se aprobó el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y los Estatutos de preautonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia, entre otras reformas.

Además, las Cortes de esta Legislatura aprobaron la Constitución, ratificada por referéndum el 6 de diciembre de 1978. Durante su mandato afrontó dos intentos de golpe de Estado, en noviembre de 1978, la llamada Operación Galaxia, y el 23 de febrero de 1981, con el asalto al Congreso, encabezado por el coronel Tejero.

A su salida del gobierno siguió su abandono de UCD, por diferencias internas, fundando en mayo de 1982 un nuevo partido, el Centro Democrático y Social, con el que concurrió a las elecciones generales del 28 de octubre de ese año y fue elegido diputado por Madrid.

Entonces, Suárez adquirió relevancia internacional como vicepresidente de la Internacional Liberal y Progresista, convirtiéndose en presidente de la misma entre octubre de 1989 y septiembre de 1991. Sin embargo, frente a esta actividad internacional, en España el ex presidente se distinguió por sus pocas apariciones públicas y escasa presencia en los medios de comunicación, lo que se tradujo en un fracaso electoral del CDS en las elecciones generales de 1989, que se repitió en los comicios locales y autonómicos de 1991.

Por esta razón, el 26 de mayo anunció su dimisión como presidente del CDS y meses después, el 29 de octubre, el Congreso de los Diputados aceptó la renuncia a su escaño de diputado.

Desde entonces se manuvo apartado de la vida política, excepto en 2003, que participó en un mitin en apoyo a la candidatura de su hijo, Adolfo Suarez Illana, a la presidencia de Castilla-La Mancha por el Partido Popular.

Tragedias personales

En el plano personal, ha afrontado la enfermedad y muerte de su hija Mariam, fallecida en marzo de 2004, y la de su esposa, Amparo Illana, que murió en 2001, después de largos años de enfermedad. Suárez tiene además otros cuatro hijos:  Adolfo, Laura, Sonsoles y Javier, que se han volcado en su cuidado.

El expresidente está en posesión de múltiples condecoraciones, que reconocen su labor política durante la transición, a favor de la democracia y la reconciliación nacional, entre ellas, la Gran Cruz de Isabel la Católica y la Gran Cruz de Carlos III. Posee además numerosas condecoraciones extranjeras, entre las últimas: la banda del Águila Azteca (enero de 1996), la Gran Cruz de la Orden de la Libertad de Portugal (febrero de 1996), o la Medalla de la Orden Nacional al Mérito de Paraguay (abril de 1997).

Numerosos libros han tratado de resumir su personalidad y experiencia política, el último de ellos, Adolfo Suárez. El presidente inesperado de la Transición (RBA) escrito por el periodista Manuel Campo Vidal, que ve a Suárez como un personaje "atrevido", que cada noche "escribía el guión" de la Transición y que, al día siguiente, "como director de escena y primer actor representaba".

A través del testimonio de 30 personas, entre ellas Felipe González, Santiago Carrillo—fallecido la semana pasada—, Sabino Fernández Campo, Alfonso Guerra o  José María Aznar se ofrece un retrato de un hombre con el que nadie contaba, pero que "siempre tuvo la idea de que quería ser presidente del Gobierno, que podía hacer historia en su país y la hizo con mayúscula", según explica Campo Vidal.

Un hombre osado, de fuertes convicciones democráticas

Atrevido, osado hasta el límite de lo temerario y con una gran capacidad de decisión, según el Vidal,  su gran acierto fue pasar de la dictadura a la democracia tomando decisiones como la de legalizar el Partido Comunista de España.

El libro habla mucho de la soledad de Suárez mientras estuvo en el poder, "era capaz de seducir a cualquiera en el primer minuto de una conversación" pero por la noche "pasaba muchas horas solo, haciendo esquemas, poniendo nombres".

Hijo y nieto de republicanos, "tenía una convicción de que España, después de Franco, tenía que convertirse en una democracia". "No sufre un proceso de conversión a la democracia, porque siempre lo ha sentido", subraya Campo Vidal, quien apostilla: "No es mentalmente un falangista, es más bien un falangista más de conveniencia que de convicción en un momento determinado".

El autor dedica muchas páginas a la importancia que Suárez dio a la televisión. "Fue un gran comunicador, el más 'kennedyano' (por el presidente Kennedy) de los políticos españoles, entendió que la televisión era un arma de gran ayuda para el ejercicio del poder".

Campo Vidal afirma que "es una pena" que en momentos tan complicados como los que atraviesa hoy España no se pueda contar con personajes como Suárez. "Su opinión nos resultaría de enorme ayuda", concluye.

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