Los desahuciados padecen un estrés postraumático parecido al sufrido tras un atentado

  • Se suceden la rabia, el miedo,... en una "montaña rusa" emocional muy difícil de revertir.
  • Los afectados siguen una pauta de "bomba de relojería" y sólo pueden salir de la situación con ayuda especializada.
  • Un informe liderado por ESADE concluye que administraciones, bancos y empresas de suministros empeoran la situación por su "lentitud e ineficacia".
Protesta en Barcelona contra los desahucios.
Protesta en Barcelona contra los desahucios.
GTRES
Protesta en Barcelona contra los desahucios.

Las personas que han sufrido un desahucio padecen un colapso, un choque emocional tan fuerte y en muchos casos difícil de revertir, parecido al que sufren las víctimas de un atentado terrorista o de un accidente de tráfico.

Un estudio liderado por la escuela de negocios ESADE, concluye que el proceso de perder la casa, que se puede prolongar entre siete y ocho años, genera un "alto nivel de estrés postraumático" del que sólo podrán salir con ayuda especializada. Administraciones, empresas de suministros y bancos contribuyen a agravar la situación de los desahuciados, salvo excepciones.

Después de analizar diversos casos reales, el profesor de Dirección de Operaciones e Innovación de ESADE Juan Ramis-Pujol, director del estudio, resume que los afectados por un proceso de desahucio presentan cuadros de estrés postraumático, una situación que es "difícil" de revertir.

Para recuperar su vida, deberían recibir una ayuda profesional y especializada y lograr un empleo, ya que la pérdida del trabajo suele ser el desencadenante de la tragedia.

Pasan por una espiral emocional que Ramis-Pujol compara con una "montaña rusa a oscuras"Las personas que sufren un desahucio pasan por una espiral emocional que Ramis-Pujol compara con una "montaña rusa a oscuras", en la que se acrecenta la intensidad de las emociones y sensaciones porque causan una tremenda sorpresa.

Tras la alegría que supone para algunos firmar una hipoteca, se suceden la rabia y el miedo y, en una fase final, el pánico y el lloro.

"En esta situación de colapso emocional, los afectados son incapaces de tomar decisiones y de hallar salidas a su situación, cosa que agrava aún más la crisis", afirma el director del estudio. Llegados a este punto, se produce una "acumulación de enfermedades", en la mayor parte de los casos depresión y aparecen también las víctimas que barajan el suicidio como una posibilidad.

El informe identifica una pauta "de la bomba de relojería", es decir, de la persona que no controla la situación y estalla en cualquier momento. Ponen como ejemplo el caso de un afectado, que tras un enfado con su jefe pidió la baja voluntaria, con lo cual la situación, obviamente, empeoró.

Otra pauta común indica que las personas pendientes de desahucio piden ayuda cuando ya es demasiado tarde. Acuden a ONG como Cáritas o la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, pero la situación ya es muy difícil de reconducir.

El informe carga contra la Administración pública, bancos y empresas de suministros, que "contribuyen a empeorar la situación" con retrasos burocráticos y una atención no personalizada. La "lentitud e ineficacia" son la norma pero hay excepciones, destacaba Ramis-Pujol.

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