¿Quién dijo que todas las películas españolas son iguales? Una policíaca ambientada en la Sevilla del 92 y dos cintas en blanco y negro, una muda y la otra en francés, sueñan con acudir a los Oscar.

Se trata de El artista y la modelo, de Fernando Trueba; Blancanieves, de Pablo Berger (autor de Torremolinos 73), y Grupo 7, de Alberto Rodríguez, quizá la propuesta más convencional.

El próximo día 27, una de ellas será la representante española en los próximos premios de Hollywood.

Sus actrices protagonistas nos cuentan por qué su filme debería ser el escogido.

Nacida en Reus (Tarragona) en 1986, la hemos visto en la televisiva Cuéntame. Pero Folch tiene una larga trayectoria: trabajó con Fernando León (Los lunes al sol), y sedujo siendo una niña a Trueba, que la contrató para El embrujo de Shanghái.

¿Se esperaba el poder ir a los Oscar?

Cuando trabajas con Trueba sabes que puede pasar de todo, porque tiene mucho nombre y despierta mucho interés. Pero no, no me espero todavía nada: vamos paso a paso, intentando disfrutar de todo.

¿Qué aprendió con Claudia Cardinale o Jean Rochefort?

Ha sido un curso intensivo de interpretación... El hecho de conocerlos, o de volver a trabajar con Trueba, te enriquece. Aprendes de todo. Me han enseñado humildad, los baches que se viven en esta profesión y la entrega que hay que dedicarle.

¿Qué debe mandar España a los Oscar: la mejor película o la que más pueda gustar en EE UU?

Lo importante es que todos apoyemos a la elegida. El cine no es matemático, la suerte juega un papel importante, así que todos tenemos que remar en común.

Esta valenciana, nacida en 1980, vive un momento dulce: en los últimos meses trabajó en Primos o la serie Águila roja, y ahora aspira por partida doble al Oscar gracias a su trabajo en dos películas finalistas, Grupo 7 y Blancanieves.

No se quejará: lleva una buena racha.
No suelo quejarme, y no voy a hacerlo ahora. Llevo unos años trabajando mucho, participando en películas que están gustando al público, y encima, aspiran a premios. Han sido dos años de mucho trabajo, y encantada de tenerlo.

¿Sueña con el Oscar?

No. Sería maravilloso, por supuesto, pero ni lo sueño ni lo ansío. Son unos premios muy conocidos, los más famosos del mundo, y sería estupendo poder asistir, pero aquí también tenemos lo nuestro.

¿Cómo ve la situación actual?

La cosa asusta un poco, la verdad. Tengo muchos amigos y colegas en paro, y encender la televisión me asusta un poco. A veces cuesta trabajo ser positivo... Quizá por eso ahora empiezo a ensayar una comedia disparatada. Me apetece mucho hacer el ganso, y estaba un poco cansada de hacer tantos dramas.

Había cientos de aspirantes, pero fue esta madrileña de 1988 la joven Blancanieves de Berger. García protagonizó la versión española del musical High School Musical, tuvo papeles esporádicos en El internado y Hospital Central, protagónicos en Amar en tiempos revueltos y Luna, el misterio de Calenda.

Debuta en cine, y su película puede competir en los Oscar.

No me lo creo, simplemente. Decir que estoy feliz, y emocionada, es quedarme corta.

¿Por qué debería ir Blancanieves a los Oscar?

Grupo 7 es un peliculón, y me han dicho que El artista y la modelo es maravillosa... Pero Blancanieves es especial por el amor con el que se ha hecho, un amor que se transmite a cada fotograma de la película. Se ve la pasión con la que está hecha, su originalidad.

Y es muda, como The Artist. ¿Eso les beneficia o les perjudica?

Creo que nos abre puertas. De no haberse estrenado The Artist, mucha gente no se hubiera atrevido a volver a ver una película muda. Pero han visto que puede ser cine buenísimo, maravilloso, y eso es algo que debemos aprovechar.