El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, asegura no estar de acuerdo con todas las reivindicaciones del 15M, entre ellas con la política de inmigración: "Proponen que entre todo el mundo que quiera, y con eso no puedo estar de acuerdo", indica.

En una entrevista con El País, Rubalcaba sí entiende algunas de las peticiones de este movimiento, como "la demanda de cambios en la forma de actuar en política" y "algunas reformas institucionales".

En su opinión, Rubalcaba cree que el 15M "está recogiendo un malestar profundo de la sociedad", y lo relaciona con el empleo juvenil: "Jóvenes ahora sin empleo y que abandonaron su formación y también el sector de los titulados", afirma.

El candidato socialista descarta además que se trate de un movimiento "antisistema" o "antiinstituciones". "Es gente que lleva a la política sus quejas porque la política no le resuelve sus problemas (...). El quincemero medio no es alguien que vaya por ahí diciendo que la democracia es una basura, no; es sencillamente un ciudadano al que la democracia no le resuelve sus problemas", explica. Por último, añade que "no escuchar a esa gente es de necios, es un problema de cultura democrática".

Entre otras propuestas, Rubalcaba va a pedir al Gobierno "que reponga ya" el impuesto de patrimonio para los patrimonios más elevados y anuncia que, de ganar las elecciones, lo reformará para que tenga carácter estatal y no autonómico.

El candidato socialista asegura tener calculados ya los detalles de ese nuevo impuesto y, aunque reitera que más o menos supondrá unos ingresos de 1.400 millones de euros, no precisa a partir de que volumen de patrimonio se aplicará y que patrimonios seguirán exentos.

"Reponerlo ahora tiene una ventaja enorme: significa que el dinero ya lo tienes el año que viene", señala el candidato socialista, que reafirma su intención de establecer además un impuesto para la banca una vez que el sector termine su reestructuración.

"En teoría acaba el 30 de septiembre. Se pone el año que viene y lo tienes disponible para el ejercicio siguiente", indica.

Por otro lado, Rubalcaba afirma que él "habría hecho la reforma (constitucional) distinta que Zapatero y que Rajoy" y reconoce haber cometido equivocaciones durante su etapa en el Gobierno.

El candidato socialista se define como líder del PSOE porque el líder es "aquel que se presenta a las elecciones generales" y afirma rotundo que "en el Partido Socialista mando yo".

Rubalcaba señala que "tenía reticencias sobre la reforma constitucional que nacían fundamentalmente del propio procedimiento de abrir la Constitución probablemente de una forma poco elaborada".

Reconoce haber hablado varias veces ("conversaciones largas", dice) con el presidente del Gobierno durante las negociaciones con la oposición, y que dio el sí a la reforma por el "principio de responsabilidad" en el momento actual y "porque le doy mucho valor al consenso" tras lo que apunta que para él tiene más valor el acuerdo que el contenido.

Rubalcaba reconoce equivocaciones en la gestión del Gobierno, como la tardanza en reconocer la crisis y la no retirada a tiempo de las deducciones de vivienda, ya que "es verdad que podíamos haber hecho cosas para parar la demanda. Y yo creo que ahí sencillamente nos equivocamos".

Sobre la próxima campaña electoral el ex ministro de Interior alberga una "gran esperanza" en que la gente se lo piense mucho ya que cree que "los ciudadanos saben que los próximos cuatro años son muy importantes para su vida y de que tiene mucha importancia quién dirija el país porque serán años que afectan a la concepción del Estado del Bienestar".

"Pienso que la gente se lo va a pensar mucho y por eso yo insisto en hacer una campaña muy racional y muy pedagógica" afirma.

Durante la entrevista, Pérez Rubalcaba también valora aspectos de política exterior y de economía, donde analiza los posibles cambios en el accionariado de Repsol, que desde una perspectiva de "profundo respeto de la operación empresarial" le preocupa que deje de ser una empresa española.

Califica la tasa de desempleo como "el problema" de la economía española y cree que la deuda española no lo es tanto porque se muestra convencido de "los mercados creen que la vamos a pagar".

Opina que se necesitan reformas estructurales y que la última reforma laboral requiere ser aplicada por lo que "vamos a completar su desarrollo y comprobar si hay un margen de flexibilidad" para facilitar la creación de empleo.

En su opinión, esta legislatura debe concluir con un Estado del Bienestar "fortalecido y financiado" y considera que la reciente reforma del sistema de pensiones asegura su sostenibilidad, que la sanidad requiere de más dinero, que la educación salvo pequeños ajustes está bien financiada y que "la parte más difícil" de la financiación de la dependencia "ya está hecha".