La Presidencia del Congreso ha impedido la entrada en la Cámara de un candidato independiente de Bildu, así como una rueda de prensa con miembros de la coalición, por "decencia", y ha reprochado a ERC haberle ocultado de forma intencionada el motivo y los participantes de esta convocatoria.

Así lo han asegurado fuentes cercanas a la Presidencia, que han recordado que José Bono, como máxima autoridad de la Cámara, tiene la potestad de tomar solo esta decisión, pero ha preferido "socializarla" y someterla a la consideración de la Mesa.

La Mesa ha dado su apoyo a Bono con los votos de los representantes del PSOE y del PP, a pesar de que los del PNV y CiU se han pronunciado en contra. Las mismas fuentes han asegurado que el presidente del Congreso se ha enterado por los medios de comunicación de la presencia de miembros de Bildu en la rueda de prensa, convocada por ERC e ICV y apoyada también por el BNG.

En la solicitud a la Cámara de una sala para la conferencia de prensa, Esquerra no comunicó ni el motivo de ésta -expresar su apoyo a Bildu- ni la asistencia de candidatos de la coalición. Desde la Presidencia se han dirigido al portavoz de ERC, Joan Ridao, para reprocharle que ocultase esta información cuando pidió permiso para la rueda de prensa.

Las fuentes cercanas a la Presidencia han considerado "lógica" la decisión de Bono, por entender que no se debe dejar entrar en la Cámara Baja a personas que han sido consideradas "testaferros de ETA" por el Supremo. Al respecto, han explicado que la decisión de impedir la entrada en la Cámara de uno de los candidatos independientes de Bildu, el periodista de Gara Martín Garitano -que iba a estar en la rueda de prensa que finalmente se ha celebrado en la calle-, responde a dicha argumentación del Supremo.

La decisión de Bono ha pillado "a contrapié" a los representantes del CiU y del PNV en la Mesa: Jordi Jané y José Ramón Beloki, según las mismas fuentes. Éste último se ha mostrado visiblemente enfadado a la salida de la reunión por la decisión del presidente de la Cámara. Pese a estas críticas, desde el entorno de la Presidencia se insiste en valorar la decisión de Bono y el hecho de que haya querido someterla a la votación de la Mesa a pesar de no estar obligado a ello.