Limpieza facial en la ducha, ¿sí o no? Estos son todos los pros y contras

Como consecuencia del ritmo de vida trepidante que nos ha tocado vivir, es habitual que busquemos ahorrar unos minutos en cada gesto 'skincare' que llevamos a cabo, y la limpieza es el más básico e imprescindible. ¿Podemos y debemos hacerlo mientras nos duchamos?
El tiempo de ducha puede aprovecharse para limpiar la piel del rostro en profundidad.
El tiempo de ducha puede aprovecharse para limpiar la piel del rostro en profundidad.
iStockPhoto
El tiempo de ducha puede aprovecharse para limpiar la piel del rostro en profundidad.

La limpieza facial es el primer (y más importante) gesto de la rutina skincare con el que eliminar las impurezas y liberar el poro para que reciba los regalos saludables que le aplicaremos después a nuestra piel. Sin limpieza no hay belleza.

Aunque en cuestiones de higiene facial 'cada maestrillo tiene su librillo', hemos querido indagar en la idoneidad o no de aprovechar los minutos de la ducha matutina para limpiar nuestro rostro, y llevar a cabo dos pasos en uno. 

Puesto que nos surge la duda de si es una buena idea (más allá de ganar tiempo, que lo es) en cuanto a rutina facial ortodoxa y correcta se refiere, hemos consultado a una experta, Anna Fuster, de Two Poles, que nos responde a la pregunta: ¿es bueno llevar a cabo la limpieza facial dentro de la ducha?

Aprovechar los minutos de la mascarilla capilar

Una mujer lavándose el pelo en la ducha.
El momento de la aplicación de la mascarilla capilar puede servirnos para limpiar el cutis.
Getty Images / iStockphoto

Una de las cuestiones más habituales de todos aquellos amateurs (y no tanto) en el universo del skincare es alrededor de la limpieza facial. ¿Qué formato es el más adecuado para cada tipo de piel? ¿Se debe realizar limpieza facial también por la mañana? Y, sobre todo, ¿puedo realizar mi limpieza facial dentro de la ducha o no es recomendable?

En opinión de la experta consultada, Anna Fuster, "incluir este primer paso de cualquier rutina 'skincare' dentro de la ducha tiene numerosas ventajas, sobre todo a la hora de facilitar nuestro día a día. Puesto que, teniendo en cuenta nuestro ritmo frenético de vida, la sensación de aprovechamiento del tiempo es mucho mayor, y es mejor hacerlo 'rápido' que no hacerlo".

"Como idea, por ejemplo, sugiero aprovechar unos minutos y realizar la limpieza facial en el mismo momento en el que dejamos actuar la mascarilla capilar sobre nuestro cabello", dice Fuster. 

La textura del limpiador y la postura, importan

Para que se forme espuma afectan varios factores, como la dureza del agua o la calidad del jabón.
El limpiador facial en espuma es más fácil de aplicar en la ducha que en el lavabo.
Freepik

Por otro lado, cuando realizamos la limpieza facial con limpiadores en formato espuma, gel o cremi-gel, realizarla en el lavabo puede resultar algo engorroso. Porque, ¿a quién no se le ha escurrido una gota de agua con producto hasta el codo alguna vez? "Después viene el gesto de enjuagar el rostro, pudiendo incluso quedar restos de jabón o no llegar a limpiar correctamente la zona del nacimiento del cabello por culpa de la posición, poco natural", explica Fuster. 

En este sentido, "la posición vertical que mantenemos mientras nos duchamos va a favorecer la caída natural de producto y la eliminación total del mismo". Otra ventaja, como señala Fuster.

Lavarse la cara: un gesto sencillo e ineludible

La ducha en verano.
Si incorporamos el gesto facial a la ducha, tendremos menos posibilidades de 'olvidarlo'.
Freepick

Otro de los puntos a favor que podría tener realizar la limpieza facial mientras permanecemos en la ducha matinal, es el hecho de que se trata de un gesto diario, por lo que no habría posibilidad de que lo olvidemos.

"Limpiar el rostro en la ducha hará que sea mucho más sencillo incorporar este hábito inexcusable en nuestro día a día. El propio hecho de ver el limpiador facial junto al resto de productos de ducha, ya indica que la limpieza facial es otro de los pasos ineludibles, y acabaremos viéndolo como normal". 

Limpieza facial en la ducha: cuidado con la temperatura

Cuidado, porque una temperatura demasiado elevada podría comprometer nuestra barrera protectora de la piel y resecarla.
Cuidado, porque una temperatura demasiado elevada podría comprometer nuestra barrera protectora de la piel y resecarla.
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Aunque ya hemos visto que se trata de un gesto muy recomendable para ganar tiempo cada mañana, realizar la rutina de limpieza facial en la ducha debe llevar asocidas algunas precauciones.

La más importante es considerar la temperatura a la que ponemos el agua. "Es importante que tengamos en cuenta que una temperatura excesivamente elevada puede irritar y resecar la piel. De la misma forma, debemos tener cuidado con la presión del agua. Si es demasiado agresiva va a aumentar el peligro de sequedad de la piel, dañar la barrera protectora natural y, por tanto, acelerar el proceso indeseable de la deshidratación. Una mala idea para comenzar el día".

Nunca uses en el rostro tus productos de higiene corporal

Este sistema calienta el agua rápidamente para que no tengas que esperar con la ducha encendida.
Los productos corporales están contraindicados para la higiene facial.
Freepik

Si nos resulta más cómodo realizar esta limpieza en el interior de la ducha, es vital colocar nuestro limpiador habitual a la vista, junto con el resto de los productos que utilicemos para el baño. 

En este punto, "quiero insistir en que debemos evitar a toda costa realizar nuestra limpieza facial con un gel que esté indicado para la higiene corporal. Estos productos suelen llevar tensioactivos más potentes que dañarían la barrera protectora de la piel, y sería otro elemento que añadir a la temida sequedad", explica la experta de Two Poles.

En caso de limpiarnos el rostro en la ducha, lo mejor es usar un limpiador específico, adecuado para el rostro y también para nuestro tipo de piel. "Yo propongo un limpiador suave, efectivo y respetuoso con la barrera cutánea gracias a su formulación con aceites de argán y moringa como Cleansing Cream". 

"Los aceites de argán y moringa tienen la capacidad de hidratar y nutrir la piel, ayudando a retirar el maquillaje de forma natural, y en especial los restos del protector solar, especialmente resistentes. También es importante que nuestro limpiador contenga ácido hialurónico, con un aporte extra de jugosidad y volumen para la piel".

Limpieza con una ligera exfoliación: un plus bajo la ducha

Mujer a punto de aplicarse crema hidratante en la cara.
La hidratación tras la rutina de limpieza facial debe ser consciente y rigurosa, una vez que tenemos nuestra piel fresca y sin poros obstruidos.
Freepik

Por otro lado, la experta recomienda que busquemos este ingrediente en nuestro limpiador para usar bajo la ducha: la gluconolactona. ¿En qué consiste este activo? "Es un ingrediente muy interesante que contribuye a llevar a cabo una exfoliación muy suave de la piel del rostro".

"Si nuestro limpiador contiene este activo, la recomendación es aplicar el producto y dejar que actúe durante dos o tres minutos, de manera que el resultado sea una piel libre de impurezas, limpia, hidratada y con una textura suave, un lienzo perfecto para soportar la jornada sin alterarse en exceso".

La hidratación, el segundo gesto imprescindible tras la limpieza, "debe ser consciente y adaptada a cada tipo de piel, teniendo en cuenta que el vapor que se desprende durante la ducha contribuye a resecar ligeramente nuestro manto lipídico (la capa superficial de la piel que contiene agua, sebo y sudor, y que nos protege de las agresiones externas)", concluye Fuster.

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