Una correcta limpieza facial es fundamental. Contamos con una gran variedad de productos específicos para cada tipo de piel; sin embargo, en ocasiones no llevamos a cabo una buena rutina de higiene. En España los expertos insisten: la limpieza facial no solo promueve una piel más limpia y sana, sino que también la prepara para absorber mejor los productos que vamos a aplicar después, como sueros e hidratantes.
La limpieza facial no solo implica limpiar restos de maquillaje que se acumulan a lo largo del día, también es un proceso que favorece la eliminación de impurezas, células muertas y otros residuos de la piel. De este modo, ayudamos a prevenir problemas cutáneos como el acné o la obstrucción de los poros.
Errores que cometemos en la limpieza facial
Por mucho cuidado y dedicación que pongamos en nuestra limpieza facial, en ocasiones cometemos pequeños errores que, a la larga, nuestra piel nota. Por eso, la Dra. Rosa del Río, dermatóloga responsable de la Unidad de Estética Facial de Grupo Pedro Jaén, nos enumera algunas detalles que debemos tener en cuenta.
Limpiarse la piel solo por la noche
Debido a la falta de tiempo o las prisas, limitamos la limpieza facial a una: antes de irnos a la cama. La limpieza idónea debería hacerse dos veces diarias. Una por la mañana y otra por la noche: "La primera para retirar sebo y restos de los cosméticos que nos hayamos aplicado la noche anterior y la segunda para retirar residuos que se acumulan en la piel a lo largo del día (polvo, sudor, cremas…). Ambas favorecen la penetración de los productos que apliquemos después", explica Rosa del Río.
No hacer limpieza si no te has maquillado
Este es un error muy común. A veces asociamos la limpieza a la retirada del maquillaje, pero, entonces, ¿qué pasa si no nos hemos maquillado? Que hay que limpiar la piel de igual manera: "La piel acumula suciedad a lo largo del día. Hay que hacer la limpieza por la noche antes de acostarte, aunque no hayas usado maquillaje", matiza la experta.
Limpiarse con cualquier producto
Usar un producto que no es el idóneo para nuestro tipo de piel, así como abusar de productos que no necesitamos es contraproducente. De hecho, los expertos insisten en que para mantener una piel sana y bonita, es preferible mantener un minimalismo cosmético, ya que las rutinas muy complicadas o con muchos pasos no tienen sentido desde un punto de vista clínico. Eso sí, los que usemos, que sean los correctos.
"Debes usar productos adecuados para tu tipo de piel y específicos para el rostro. Los jabones de manos o el gel de baño son demasiado agresivos para la piel de la cara", señala.
Limpiarse solo son toallitas desmaquillantes
Las toallitas desmaquillantes tienen su función y es la de cubrir una limpieza facial en un momento concreto y especial: "Están bien para una emergencia o un viaje, pero no para el día a día. La mayoría tienen activos demasiado agresivos y no limpian en profundidad".
Unir limpieza y exfoliación
"Uno de los errores más frecuentes -explica la experta- en cuanto a cuidado de la piel es exfoliar en exceso. Si bien la limpieza debe ser diaria, la exfoliación debe llevarse a cabo solo unas veces por semana (aproximadamente, entre 2 y 4 según el tipo de piel)".
Un error muy común: el uso del agua micelar
Hay pequeños despistes, más o menos habituales en lo que a rutina de limpieza facial se refiere. Sin embargo, hay un factor que muchas veces pasamos por alto: el agua micelar: "Es una duda muy frecuente, pero lo cierto es que el agua micelar contiene activos limpiadores que dejan cierto residuo. Este debe ser retirado de la piel después de cada uso".
Además, la experta insiste en la importancia de no limpiarse con agua muy caliente: "El agua demasiado caliente reseca la piel y daña la barrera cutánea y es especialmente agresiva en caso de tener acné, rosácea, atopia o piel sensible. Es conveniente que el agua esté tibia", sentencia.
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