¿Por qué se ponen piedras en las vías del tren?

Una imagen de unos trenes de Renfe.
Una imagen de unos trenes de Renfe.
Laura Busquets
Una imagen de unos trenes de Renfe.

Si alguna vez has observado con detalle las vías férreas, seguro has notado la presencia de una alfombra de piedras que se despliega bajo el tren. Este aparente lecho de rocas no es fruto del azar ni capricho estético, es fundamental en el funcionamiento de todo el sistema de transporte ferroviario.

Los trenes de mercancías, que viajan con cargas de hasta 22,5 toneladas por eje, no son famosos por hacer recorridos tranquilos. En su trayecto se pueden encontrar con diversas circunstancias: dilatación y contracción debido al calor, vibraciones del suelo, inclemencias climáticas e, incluso, el crecimiento de la maleza. Y estos obstáculos deben mitigarse.

La estabilidad del tren: clave principal

Este escenario es lo que llevó al uso de piedras debajo de los trenes, o balasto, como lo denomina la Real Academia Española, material compuesto por piedra triturada y grava, cuya función principal es sostener y nivelar las vías férreas en el suelo para dar estabilidad al tren.

El balasto no solo es esencial para la circulación segura de los trenes, también absorbe las vibraciones del terreno y reduce el ruido generado por el paso de los vagones en las vías. Es tan útil el uso de este material en las vías férreas que su uso ya lleva casi 200 años.

¿Qué es el balasto y si es tan bueno, por qué no se usa para todos los trenes?

El balasto es, básicamente, una capa de grava y piedra triturada, casi siempre granito o piedra caliza, ya que se ha probado que son materiales resistentes y duraderos, que se tiende como alfombra para las vías férreas.

Es un elemento que no solo da estabilidad y mitiga el ruido de los trenes, sino que drena el agua acumulada en las vías y evita el crecimiento descontrolado de vegetación que pueda desalinearlas.

Otra característica del balasto es que sus piedras no pueden ser lisas como las que hay en los ríos, sino rugosas y con bordes afilados precisamente para que no se desplacen, si fueran de contextura lisa podrían desplazarse unas sobre otras y no cumplirían su misión de impedir el movimiento de las vías.

Ahora bien, ¿se usa balasto para todos los trenes? No. Si el tren que se toma es un AVE en España, por ejemplo, se puede ver que no hay balasto por ninguna parte. Incluso está prohibido.

Lo anterior ocurre porque son trenes de alta velocidad y en estos casos hay mucho riesgo de que se desprenda una roca y salga disparada causando daños hasta en el tren, son piedras con un diámetro bastante considerable, con un diámetro de entre 4 y 15 centímetros.

Como material de reemplazo del balasto, es obligatorio utilizar hormigón, el cual es más efectivo, pero mucho más caro, por eso no se usa en todas las vías férreas.

¿Cómo se instala el balasto?

El proceso de instalación del balasto consiste en los siguientes pasos: retirar el viejo, ya sea para su destrucción o reutilización; inspeccionar el terreno para notar si hay fallas o inconsistencias; agregar el nuevo balasto y distribuirlo de manera uniforme sobre el suelo.

Para esparcir el balasto se usa una maquinaria específica y luego se aplasta con una máquina de apisonamiento, fase muy importante del proceso para compactar, estabilizar y eliminar huecos de aire, estos pueden hacer que el balasto se mueva y cree daños en la vía.

En conclusión, las piedras bajo las vías del tren no son simples adornos, sino cimientos que sostienen el sistema ferroviario. En otras palabras, la maquinaria oculta bajo los rieles del progreso.

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