El uso de apellidos para la identificación se remonta a finales de la Edad Media, cuando comenzaron a surgir los primeros antropónimos o nombres propios. Estos nombres eran utilizados para distinguir a los individuos dentro de una comunidad, pero pronto se volvieron insuficientes debido a la creciente homonimia, es decir, a la existencia de personas con el mismo nombre. 

Para resolver este problema, se comenzaron a agregar elementos adicionales que indicaban el origen geográfico, la profesión, el parentesco, o incluso características físicas y morales de las personas. Así nacieron los apellidos o patronímicos, que se transmitían de padres a hijos.

Descubre si tu apellido tiene origen en la nobleza de la edad media

En España, el uso de apellidos se consolidó principalmente entre los siglos XV y XVI. Esta consolidación coincidió con un aumento significativo de la población y la necesidad de llevar un registro civil y fiscal más preciso.

En 1.501, el cardenal Francisco Giménez de Cisneros estableció la norma de que cada persona recibiría el apellido de su progenitor masculino. Posteriormente, más adentrados en el siglo XVI, se popularizó el uso de dos apellidos entre la nobleza y la clase alta de Castilla. No solo para establecer distancia con las clases bajas, sino porque se consideraba un reconocimiento de pertenencia a dos linajes respetables, tanto por parte del padre como de la madre.

Los apellidos españoles que solo tienen dos letras

Esta práctica resultó ser altamente beneficiosa, ya que ofrecía un método más efectivo para el control individual y la identificación de cada ciudadano. Con ello, se minimizaban las confusiones y se preservaba la identidad de ambos progenitores. Además, facilitaba la construcción de árboles genealógicos precisos y ayudaba a evitar matrimonios entre parientes cercanos.

A pesar de su creciente integración en la sociedad española y su adopción generalizada a lo largo del siglo XIX, no se oficializó hasta 1.871, cuando se incluyó el artículo 114 en el primer Código Civil español, que estableció el uso obligatorio de dos apellidos.

El sistema de dos apellidos es característico de España y de los países de habla hispana colonizados por los españoles, como México, Argentina o Colombia. Sin embargo, no es el único sistema en el mundo. Algunos países utilizan un solo apellido, como Francia, Alemania o Estados Unidos. Otros, como Rusia o Islandia, forman apellidos a partir del nombre del padre, añadiendo un sufijo masculino o femenino según el género del niño. Además, hay países, como Tíbet, donde no existen apellidos en absoluto.

Cuántas personas se llaman y apellidan como yo en España actualmente

Los dos apellidos españoles tienen sus ventajas y algunas pequeñas desventajas. Entre las ventajas, se destaca la preservación de la memoria histórica y cultural de las familias, la representación de la diversidad y la riqueza del país, y el reconocimiento del papel de las dos ramas progenitoras. Sin embargo, también presentan desventajas, como posibles complicaciones administrativas o legales al viajar o residir en países con sistemas diferentes, el riesgo de discriminación o estigmatización por motivos étnicos o sociales, y las dificultades que pueden surgir en la integración de personas inmigrantes o adoptadas.