El turismo rural está cada vez más de moda: personas que, para escapar de su ajetreado y ruidoso día a día en las ciudades, viajan a un pequeño municipio tranquilo y apacible donde la vida es más campestre. Sin embargo, muchos de estos forasteros pueden no estar acostumbrados a las prácticas habituales de los pueblos y, algunos, pueden llegar incluso a quejarse cosas tremendamente cotidianas.

Parece que lo han vivido en sus carnes en Ayódar, un municipio de 156 habitantes situado en el Alto Mijares (Castellón). Al menos, así lo han demostrado con el cartel que han colocado hace unos días, tal y como ha informado El Periódico Mediterráneo.

El municipio ha instalado una gran señal a la entrada para avisar a los turistas que lleguen. "¡Atención! Estás entrando en territorio rural", comienza diciendo el letrero y, a continuación, procede a describir situaciones frecuentes del día a día.

Las campanas de la iglesia suenan, "las vacas llevan cencerros", "los gallos cantan", "los animales cruzan las carreteras sin avisar", "hay agricultores trabajando" y huele mal cuando se echa abono. Estas son las costumbres de las que avisan y que, en condiciones normales, no habría ni que explicar.

"Si no te gusta, te deseamos buen viaje. En caso contrario, serás bienvenido y podrás disfrutar de nuestros paisajes, gastronomía, artesanía... y, sobre todo, de nuestra hospitalidad", concluye el cartel.

Según declaró Joaquín Ventura, alcalde de Ayódar, al citado medio, fue él quien decidió colocar esta señal "para que los visitantes sepan que esto es un pueblo, que no es solo para veraneantes que persiguen tranquilidad". "Defendemos las costumbres y nuestro estilo de vida", añadió.