A medida que van pasando los años hay objetos comunes que se reinventan para darles un uso más avanzado. Ya ocurrió en Japón con unas denominadas 'cajas de siesta' que permiten el descanso de los trabajadores durante su jornada laboral.

Ahora, un grupo de científicos ha ingeniado diferentes tipos de urinarios para evitar que, durante su utilización, se produzcan salpicaduras en las zonas del retrete.

Tras un estudio en el que el equipo vertió líquidos teñidos en urinarios convencionales, encontraron varias salpicaduras significativas que, en el mundo real, habrían terminado en las piernas y los pies de una persona y en las zonas de alrededor de la letrina.

Es por ello que este grupo de profesionales afirma que "la clave para hacer un urinario sin salpicaduras es asegurarse de que el chorro de orina de una persona golpee la porcelana en un ángulo poco profundo sin importar hacia dónde se dirija".

Estos urinarios se caracterizan por ser altos y estrechos con una superficie interior curva. El ingeniero mecánico Zhao Pan, procedente de la Universidad de Waterloo (Canadá) denomina como "el ángulo crítico" a la esquina donde se debe dirigir el líquido para "evitar la salpicadura".

Cuando los investigadores repitieron el experimento en estos nuevos diseños de urinarios e inspeccionaron las superficies circundantes, "no pude encontrar ni una sola gota", confirma Thurairajah, otro de los expertos que ha colaborado en este trabajo.

No está claro si las personas que utilicen estos urinarios, de alguna manera, encontrarán la forma de convertir este invento en un desastre. Así pues, para saber si funcionan, los colocarán eventos puntuales. "Solo mira al suelo", dice Pan para comprobar si el experimento es favorable.