Que la vida no es como los cuentos de hadas es algo que todo el mundo sabe, ¿no? Pues parece ser que no todo el mundo es consciente de ello. Las princesas besan a los sapos para que se conviertan en príncipes, y en Norteamérica los chupan para vivir "experiencias extracorpóreas".

El mayor afectado de esta nueva moda es el sapo del desierto de Sonora, situado entre el norte de México y el suroeste de EE UU. También conocido como el sapo del río Colorado o sapo bufo, es trágicamente famoso porque las glándulas de su piel expulsan toxinas psicoactivas.

El pobre animal es el protagonista en todo tipo de rituales desde tiempos ancestrales, especialmente en México, relacionados con la cura de enfermedades como la depresión. Gracias a las sustancias que segrega, especialmente la 5-MeO-DMT y la bufotenina, provocan, a quien las consuma, un cóctel de alcaloides que provocan estados de alteración de la consciencia.

Así fue el ritual dirigido por Nacho Vidal en el que murió el fotógrafo, según un vídeo grabado con el móvil de la víctima

Solo tomado en bajas dosis puede llegar a provocar crisis psicodélicas breves pero altamente intensas. De hecho, tomado en altas dosis puede llegar a matar a la persona. Un caso famoso que tenemos en nuestro país es el de los rituales dirigidos por el exactor porno Nacho Vidal.

Al otro lado del charco también se han contabilizado miles de casos parecidos, como el de Mike Tyson. A tal punto ha llegado el nivel que el propio Servicio de Parques Nacionales ha pedido, por favor, que los visitantes del paraje dejen de lamer a estos animales que lo único que intentan es defenderse.

"Como decimos con la mayoría de las cosas que se encuentran en un parque nacional, ya sea una babosa de plátano, una seta desconocida o un gran sapo con ojos brillantes en la oscuridad de la noche, por favor, absténgase de lamerlo. Gracias", pidió la asociación a través de la cuenta de Twitter.

Ante la fama que en los últimos años ha ganado el animal, el departamento de Caza y Pesca de Nuevo México avisa que el sapo ha sido declarado como animal amenazado. Según la institución, el animal está siendo altamente perseguido por "coleccionistas que quieren utilizar el animal para el consumo de drogas".