La paisajista Aroussiak Gabrielian, profesora en la Universidad del Sur de California, ha creado el primer tipo de ropa que puede hacer crecer en ella una gran variedad de plantas usando como fertilizante desechos humanos.
Su invento vio la luz por primera vez en noviembre del 2019 en Beijing en la exhibición Human (un)limited, una exposición híbrida de arte y tecnología para mostrar trabajos con visión de futuro con el objetivo de mejorar la vida humana. Su proyecto, llamado Posthuman Habitats, fue inspirado en parte por su distópica visión del futuro: suelo infertil, cielos llenos de contaminación y reservas de agua escasas.
La idea es que la orina sea recogida por un catéter mediante un proceso llamado ósmosis forzada, que es el que actualmente usa la NASA en el espacio, y llevado al cultivo como riego.
La idea de cultivar la propia ropa con los residuos personales y el llevar insectos en el cuerpo genera rechazo en el grueso de la gente, pero, según su inventora, también genera una extraña atracción-repulsión que ocurre en los visitantes de la exposición, lo que propone un dialogo interesante.
En este chaleco (que pesa 9kg) se pueden cultivar hasta 40 tipos distintos de vegetales en pocas semanas que pueden ser consumidos como repollo, rúcula, brócoli, col rizada, maní, guisantes, champiñones, fresas y hierbas como salvia, romero y tomillo de limón. Pero el cultivo principal de la prenda son los microgreens, lechugas jóvenes que tienen el beneficio adicional de tener 40 veces la concentración de nutrientes que sus contrapartes adultas.
Comentarios