En verano nos cuesta más cocinar. El calor no ayuda, como nos pasa en España, y estamos más relajados y ociosos. De modo que pasamos (o queremos pasar) menos tiempo en la cocina. En esto último colabora el hecho de que las recetas veraniegas son más ligeras, menos complejas, "menos cocinadas".
Tanto como que podemos preparar muchas cenas de verano sin encender el fuego. Aquí va unas ideas, cinco platos que se hacen en poco tiempo y que se elaboran en frío... nada de fuego para no añadir décimas al calor estival.
Guacamole
Está rico, es fresco y es sano. Mucho. Lo más importante, como casi siempre, es la calidad de los aguacates. Debes comprarlos en su punto de maduración. Tienen que estar enteros y sin hebras.
La receta básica dice que... Hay que cortar cebolla en trocitos pequeños. Se coloca en el mortero junto al cilantro y un poco de sal. Machacamos hasta conseguir una pasta. Sacamos la pulpa del aguacate. Incorporamos la pulpa al mortero y lo mezclamos bien con la cebolla y el cilantro. Añadimos un chorrito de aceite de aguacate (aquí lo sustituimos por un buen aceite de oliva virgen) y zumo de lima. Y volvemos a mezclar bien.
Aunque hay algunos trucos para que el guacamole aguante, es recomendable prepararlo en el último momento. No vale machacarlo hasta que parezca un puré, que es lo que suele ocurrir con el que nos venden envasado. Como es muy fácil, lo tendremos listo en pocos minutos.
Sopa fría de melón y pepino
Muy fresca y muy fría. No todo van a ser los gazpachos. Esta sopa es una delicia para sobrellevar los calores el verano. Sólo necesitamos melón, pepino, yogur natural, hierbabuena o menta y aceite de oliva virgen extra.
Le quitamos la cáscara al melón y lo troceamos. Limpiamos el pepino pero le dejamos la piel. Ponemos el melón y el pepino con el yogur, la hierbabuena o menta, un chorro de aceite de oliva virgen extra en el vaso de la batidora y trituramos.
Sándwiches de pollo
El pollo es uno de los tipos de carne más ligero y frío resulta estupendo y versátil. Es ideal para la cena y acepta múltiples preparaciones, como este sándwich de pollo. Usaremos pechuga de pollo, tomate, lechuga, jamón cocido y queso.
En realidad, se le puede añadir o quitar los ingredientes al gusto. De hecho, se le puede añadir panceta, mayonesa o algo que se nos ocurra y le de un toque personal. También se puede cambiar el pollo por atún y vegetales. La gracia está en presentarlo troceado en pedazos pequeños.
Hummus
Es fácil de hacer y no tiene nada que ver con ese que compramos en el supermercado. Nada más fácil de preparar que un hummus de garbanzos, si tiramos de los botes de legumbre cocida.
Pero si queremos darle un poco más de colorido a la mesa, no podemos quedarnos con sólo una versión. Si de no encender el fuego se trata, podemos hacer también hummus de remolacha o de zanahoria. Podemos acompañarlo con panecillos, palitos, nachos o crudités de verduras.
Salmorejo
En la cocina, pocos platos son sinónimos de verano como un salmorejo fresquito, acompañado de unos trocitos de jamón y su chorretón de aceite del bueno. Y es tan saludable... es bajo en calorías y es rico en fibra vegetal, que favorece la digestión, en vitamina C y E, y en ácidos grasos cardiosaludables.
Usamos tomates, aceite de oliva virgen extra, ajo, sal, pan duro y para la guarnición, huevo cocido y jamón. Trituramos los tomates hasta que quede un puré fino (podemos colarlo para quitar restos de piel). Añadimos ajo, miga de pan, sal y aceite de oliva. Trituramos de nuevo. Dejamos reposar y guardamos en la nevera.
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