El Inter llega lanzado a por un Barça que flojea atrás

Mauro Icardi, jugador del Inter de Milán, celebra un gol.
Mauro Icardi, jugador del Inter de Milán, celebra un gol.
EFE
Mauro Icardi, jugador del Inter de Milán, celebra un gol.

Inter de Milán y FC Barcelona protagonizarán en San Siro uno de los duelos más interesantes del regreso de la Champions League. Los de Luciano Spalletti llegan con ganas de revancha, presidente nuevo y, sobre todo, con la pólvora seca para intentar darle la vuelta al 2-0 de la ida.

El técnico italiano ya ha avisado de sus intenciones con declaraciones que van a dar mucho que hablar, especialmente si acaban goleados por los blaugrana. "Si preparase los partidos como el Barça, perdería 18-0", dijo a dos días de recibir a los culé. El entrenador de la entidad interista sabe que la labor psicológica es tan importante como al deportiva para encarar un encuentro así.

Pese al buen momento del Barcelona (líder en la Liga y en su grupo de la Champions, y con la eliminatoria a favor en Copa), están muy lejos de mostrar la seguridad que antaño. Juegue o no Messi este martes (no parece que lo vaya a hacer, pese a su inclusión en la convocatoria), el mayor problema del conjunto blaugrana está en los goles recibidos.

Equipos como el Rayo Vallecano o la Cultural Leonesa son capaces de ponerles contra las cuerdas, y no es porque Marc-André Ter Stegen no esté acertado: todo lo contrario. De no ser por el alemán, el equipo culé llevaría más de esos 14 goles en la Liga, una cifra altísima para un equipo acostumbrado a tener el balón y dominar el encuentro. La media de tantos recibidos es letal: 1,27 por partido, la peor desde la 2000/01 con Reina, Dutruel y Arnau en la portería.

El problema está en la defensa. Lo decía Gerard Piqué hace no tanto: llevan un tiempo en una dinámica en la que encajan goles con facilidad. Exceptuando la Cultural y el propio Inter, han recibido al menos un gol en todos los partidos desde agosto. Los de Valverde muestran debilidad atrás: la lesión de Umtiti ha dejado sin acompañante fiable a Piqué, que tampoco es tan seguro como antaño, Lenglet está adaptándose aún y Vermaelen, entre lesiones y que no da más de sí, tampoco es garantía de nada.

Con esta problemática en mente, el Barcelona recibe a un Inter que se ha propuesto la remontada como único objetivo. En los dos últimos encuentros no sólo han mantenido su portería a cero, sino que han goleado: al Lazio les metieron tres y al Genoa, cinco. Este última 'manita' llegó por parte de los suplentes, en un partido en el que no estuvieron ni Mauro Icardi ni Asamoah, dos de los fijos, y con un Joao Mario en estado de fracia.

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