Fernando Alonso está de celebración en el Gran Premio de Canadá de Fórmula 1. El español alcanzará la cifra redonda de 300 Grandes Premios inscritos, aunque no ha tomado la salida en todos ellos, lo que ha dado lugar a múltiples discusiones sobre si el guarismo es digno de celebrar o no.

Pese a las diatribas, más propias de los estadísticos que de los propios afectados, Alonso celebró que va a alcanzar tal cifra junto a los más jóvenes del paddock de la Fórmula 1 (entre los que estaba su buen amigo Carlos Sainz) y los miembros de McLaren, a quien regaló gorras conmemorativas de sus 300 GPs.

Entre palabras de agradecimiento y recuerdo de sus casi 18 años en el Gran Circo, Alonso no pudo evitar referirse a su otra gran ocupación de este momento: el Mundial de Resistencia y las 24 horas de Le Mans. El asturiano y sus compañeros Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima forman uno de los equipos favoritos para llevarse la victoria, algo que no podría ni soñar actualmente en la Fórmula 1.

Quizá por eso, por su ansia de ganar, Alonso soltó una frase que en las altas esferas de la Fórmula 1 no va a sentar nada bien: "No estamos luchando por el Mundial aquí, así que el WEC es mi mayor prioridad ahora mismo".

Decir esta frase cuando su futuro está en el aire, unido a sus críticas sobre la predicibilidad de las carreras de la Fórmula 1, ha hecho saltar las alarmas a quienes ven cerca su retirada de la competición de monoplazas para irse a otros campeonatos. Nada más lejos. El asturiano, pese a sus palabras duras sobre la competición, ha intentado apagar el fuego de la rumorología antes de que se extienda.

"No tengo nada contra la Fórmula 1, y no es que me haya cansado. Sólo es que sé que vendré aquí y pelearé desde el 7º al 12º y acabaré la temporada en Abu Dhabi peleando desd eel 7º al 12º", dijo. "Ya he firmado con McLaren el año pasado, y es un contrato multianual. Me quedan muchos más años aquí", zanjó.