Apenas quedan seis meses para que den comienzo los Juegos Olímpicos de París, pero las expectativas y la expectación ya están por todo lo alto. Se nota en los atletas, que apuran sus últimos compromisos para llegar al 100% a la cita más importante del deporte mundial; en los aficionados, que sólo pueden disfrutar de las Olimpiadas cada cuatro años; y por supuesto de los organizadores.
Ese orgullo parisino por acoger los Juegos ha provocado prácticamente un estado de histeria colectiva por preparar la ciudad de la luz para hacer honor a su fama y su proyección mundial. Quizá por eso, para seguir atrayendo la atención del planeta, su alcaldesa se ha visto con fuerzas para lanzar una promesa de lo más atrevida de cara a los prolegómenos del evento. Cuando se acerque la fecha, Anne Hidalgo se bañará en las aguas del Sena.
Así lo ha prometido la dirigente gala en su intervención durante un acto con su Ayuntamiento, emulando la promesa que ya lanzó en su día el entonces alcalde de París, Jacques Chirac, y que recuerda inevitablemente al baño de Manuel Fraga en Palomares (Almería) en 1966. El del político fundador del Partido Popular no tuvo nada que ver que con el deporte, y en el caso de Chirac, en 1990 no fue capaz de cumplir con su palabra.
Estos, sin embargo, son otros tiempos, e Hidalgo va muy en serio. En concreto, la primera edil parisina anunció una iniciativa para formar parte de "un gran baño colectivo" el próximo mes de julio, según ha informado el diario Le Figaro. Una medida que, además de aparentar ser una locura propia de los JJOO, está orientada a disipar las dudas sobre la calidad del agua del Sena poco antes de que el mítico río sirva de escenario para algunas competiciones deportivas como el triatlón y las pruebas de natación en aguas abiertas.
Ese baño multitudinario, pese a que ya existen grupos organizados de valientes -o temerarios- que nadan por las aguas del Sena habitualmente, tendrá lugar "antes de la inauguración de los Juegos" y con vistas a que el próximo año se habiliten tres zonas de baño en un río que el consistorio parisino lleva tiempo intentando revitalizar, y donde el baño está terminantemente prohibido desde hace poco más de un siglo, en 1923.
En total, el gobierno francés y las autoridades locales han invertido 1.400 millones de euros en infraestructuras y trabajos para terminar con la polución en el río, que lamentablemente lleva siendo una realidad cada vez más cuantiosa desde hace décadas, para así permitir la organización de esas pruebas olímpicas. Por eso mismo, demostrar que son aguas navegables y aptas para el nado es vital para París y su alcaldesa.
Tres décadas después de la promesa incumplida del presidente de la República Jacques Chirac cuando era alcalde de París, que quería bañarse en persona y además permitir el baño en el Sena para el público, la perspectiva de organizar los Juegos Olímpicos en 2024 sirvió para que por fin se comenzaran a mover las cosas, para ir eliminando las desagradables imágenes compuestas por agua, suciedad y basura en una de las ciudades más bellas del mundo.
Tras la cita olímpica, por tanto, está prevista la apertura permanente de varios lugares para el nado libre en la región parisina a partir de 2025, así que los Juegos no serán lo único 'en juego'. Además, el Sena debe 'ponerse guapo' porque será protagonista de la ceremonia de inauguración de la cita deportiva, prevista para el 26 de julio. La clausura será el 11 de agosto.
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