Croacia y Bélgica empataron sin goles, un resultado que le vale a los balcánicos para clasificarse como segunda del Grupo F para los octavos de final y deja fuera del Mundial de Qatar a los Diablos Rojos, una de las decepciones del torneo. El equipo capitaneado por Luka Modric podía haber sido rival de España si los de Luis Enrique hubiesen vencido a Japón para quedar primeros, pero ese tropiezo hará que los croatas se enfrenten a la impredecible Japón. 

La selección ajedrezada empezó mejor, buscó el gol que no llegó y entendió que su partido era fácil; tener el balón y estar organizados atrás. El empate les valía y el paso del tiempo hizo que Bélgica estuviera cada vez más nerviosa, que atacara con corazón y no cabeza y ahí, Croacia, estuvo cómoda.

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Tuvo varias ocasiones Bélgica para lograr el único gol que le hacía falta para seguir viva en Qatar. Pero, sin acierto, Croacia cada vez se enrocó más atrás y gozó incluso de alguna contra para poner un 1-0 que sellaría su pase y también el liderato del grupo. El tanto, sin embargo, se resistió en una primera parte intensa pero de pocas ocasiones.

Roberto Martínez cambió el esquema al descanso y con la entrada de Jeremy Doku y Romelu Lukaku logró intimidar a Croacia. El extremo encaró y se fue de sus defensores por la izquierda y la derecha, y el delantero se creó ocasiones y también se topó con otras; pero no metió ninguna. La más clara, un palo en el 60’ y dos remates forzados, inesperados, en la frontal de la línea de gol que inexplicablemente no hicieron mover el marcador.

Croacia achicó agua, y de qué manera, en los minutos finales con esa ofensiva belga. La buena colocación de la defensa croata, y un despeje providencial de Gvardiol hicieron el resto. Modric no brilló, pero esta vez no le necesitó la selección balcánica, a la que le valía el empate sin goles.

Los rumores sobre la ruptura interna en el vestuario de Bélgica seguirán, seguramente, a esta eliminación. El equipo le puso ganas y rozó la clasificación, pero no fue el día de Lukaku, que acabó frustrado con su falta de acierto.