La Vuelta a España sigue al rojo vivo, muestra de ello es la intensidad demostrada en la etapa de este martes -la decimosexta-, entre Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y Tomares (Sevilla), por Primoz Roglic, en la que el tres veces campeón sufrió una dura caída al intentar recortar distancias con el actual líder de la general, Remco Evenepoel. 

La instantánea del día, y probablemente de toda la Vuelta, es la que ha dejado hoy el esloveno al final del recorrido con llegada en Tomares, en la que aparece sentado en el suelo con graves heridas por todo el cuerpo. Ese fue el nefasto resultado de una estrategia demasiado arriesgada para apurar sus opciones de dar caza al líder. 

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A falta de 3 kilómetros, el líder de Jumbo atacó sorprendiendo y todo parecía ponerse a su favor cuando, por un golpe de mala fortuna, Remco Evenepoel pinchó. Sabiendo eso, pero no que el belga ya estaba en la distancia de seguridad en el momento de la avería, Primoz, buscando recortar todo el tiempo posible, esprintó como si de una contrarreloj se tratase. 

Sin embargo, la ambición pudo con el ciclista esloveno, que cayó al suelo a falta de metros para la línea de meta a una velocidad de 60 kilómetros por hora, lo que pone en serio riesgo sus opciones de seguir peleando por la Vuelta. Además, el esfuerzo fue en vano, pues la norma dictamina que cualquier ciclista que sufra un problema mecánico en una etapa llana a menos de tres kilómetros (la mencionada distancia de seguridad) recibirá el mismo tiempo que el pelotón.

Así, Evenepoel (que llegó a más de tres minutos) y Mas salvaron -sin muchos esfuerzos- sus posiciones en una jornada de ciclismo en la que la victoria fue para Mads Pedresen, quien se anotó su segunda etapa (Trek Segafredo).