La intensa pelea que tienen Lewis Hamilton y Max Verstappen por el título de campeón del mundo de Fórmula 1 en este 2021 convierte cada sesión en pista en un particular Vietnam.

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Después de tener varios enganchones a lo largo de la temporada, como los accidentes de Silverstone o Monza, la última tarascada se la han tirado en los segundos libres del GP de Estados Unidos, en Austin. Aunque en estas tandas no suele haber mayores objetivos que rodar y poner a punto el monoplaza, tanto el de Mercedes como el de Red Bull dejaron claro que no va a dejar ni un ápice de aire al contrario.

La escena se produjo en el primer tercio de la sesión. Hamilton y Verstappen se pusieron en paralelo en la recta de meta del trazado texano y al no ceder en la frenada estuvieron a milímetros de tocarse. Con el heptacampeón por dentro y el líder del Mundial (seis puntos de ventaja tiene el neerlandés sobre el británico) por fuera, la acción acabó con Verstappen dejando claro lo que opinaba: mientras le sacaba el dedo corazón, una peineta, estallaba por radio con un claro insulto: "¡Estúpido idiota!".

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La igualdad entre ambos es extrema. Tanto Hamilton como Verstappen ya han pasado por el trance de penalizar por cambiar motor (el de Mercedes no completo, por lo que va con más limitaciones) en GPs previos, por lo que afrontan estas últimas seis carreras del campeonato en una relativa igualdad de condiciones. 

Cada segundo cuenta y cada pelea, aunque sea en una tanda relativamente irrelevante como unos libres del viernes, es clave en esa lucha psicológica que puede ser clave.