Ruido de sables en el atletismo español por la preparación de Tokio 2020: "Otros países llevan aquí 20 días, nosotros 7"

Fernando Carro, durante el 3.000 obstáculos de los Juegos Olímpicos de Tokio
Fernando Carro, durante el 3.000 obstáculos de los Juegos Olímpicos de Tokio
EFE
Fernando Carro, durante el 3.000 obstáculos de los Juegos Olímpicos de Tokio

La participación española en el atletismo en el debut de la competición en los Juegos Olímpicos de Tokio quedó salvada por la buena imagen que mostró Ana Peleteiro, que se clasificó para la final de triple salto con la segunda mejor marca sólo superada por su máxima rival y compañera de entrenamientos la venezolana Yulimar Rojas. Sin embargo, no se puede calificar de exitosa la primera jornada, especialmente por la mala imagen mostrada en la primera prueba, el 3.000 obstáculos.

Había tres participantes: Fernando Carro, Sebastián Martos y Dani Arce. El primero no llegó a completar su serie y se retiró completamente roto. El segundo fue último en su serie y el tercero penúltimo por muy poco. Aunque cada uno tiene sus circunstancias, mantienen en común que la preparación no ha sido la óptima.

Carro llegaba muy justito físicamente. Arrastraba un problema serio en el talón de Aquiles, que según explicó lo había superado, pero llegó reventado. Hasta tal punto que cada caída en el foso era un suplicio: no podía más. El motivo: en las primeras jornadas de preparación en el Estadio Olímpico, justo en pleno paso del tifón Nepantak, sufrió una contractura seria. Y eso sólo fue uno de los motivos que dio, aunque se empeñaba en decir que no eran excusas.

"Tener que saltar con la pierna derecha todos los obstáculos no era lo mejor", admitía, y apuntaba al viaje en avión de más de 12 horas como un elemento determinante para que ese entrenamiento en el que se lesionó le dejara ya tocado para la cita olíimpica.

El madrileño no lo dijo claramente, pero ya dejaba entrever que la preparación de esta cita no era la adecuada. Más claro fue Dani Arce, cuando sin señalarlo, apuntó a que igual tenían que haber pasado más días aclimatándose. "Otros países llevan 20 días y nosotros siete...", dejaba caer, lacónico el burgalés, a los micrófonos de Televisión Española.

El balance del primer día de los españoles en el atletismo fue la eliminación de los tres españoles del 3.000, Natalia Romero sexta en su serie de 800 con mejor marca personal y clasificación a semifinales 'in extremis', eliminación de Sergio Fernández en el 400 vallas y Maria Isabel Pérez en 100 metros lisos, pobre actuación de Lois Maikel Martínez (último), 16º para Lucía Rodríguez ( y aún así mejor marca personal) en el 5000 femenino, 13º de Belén Toimil en lanzamiento de peso, 13º de Carlos Mayo en el 10.000, una polémica eliminación del 4x400 mixto y el segundo de la semifinal de Ana Peleteiro en triple salto.

España ha llevado una de las delegaciones más numerosas de su historia en atletismo, 56, la cifra más alta de las últimas tres ediciones e igualada con Atlanta 1996 y Atenas 2004. Aún así, países con muchos menos componentes y recursos obtienen más premio.

Aunque el inicio no ha sido bueno, hay muchas esperanzas para lo que queda. La citada Peleteiro es un ejemplo claro que aspira a medalla, pero también el subcampeón olímpico Orlando Ortega (aunque llega de lesión), el sorprendente Mohamed Katir, la joya María Vicente en heptatlón, María Pérez en el 20 km marcha o medallistas continentales como Óscar Husillos o Álvaro Martín pueden dar la campanada. Si ellos tampoco obtienen buenas sensaciones de inicio, quizá alguien en la Real Federación Española de Atletismo debería preguntarse si el trabajo de preparación es el correcto.

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