Simone Biles, Phelps, Osaka y otros deportistas que sufrieron por la presión y priorizaron su salud mental

Simone Biles, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Simone Biles, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
EFE
Simone Biles, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

"Cuando salgo ahí sola tengo que confrontar los demonios de mi cabeza", dijo Simone Biles a los medios poco tiempo después de tomar la decisión de abandonar la final de gimnasia artística por equipos de Tokio 2020 tras realizar sólo su rotación en el primer aparato.

Simone se rompió. Y, en lugar de forzar, consciente de que era el máximo foco de atención del evento, decidió prioridad su salud mental que en ese momento no le permitía superar la presión y brillar como otras tantas veces hizo:

"Obviamente son los Juegos, algo enorme, pero al final del día lo que queremos es salir de aquí por nuestro propio pie, no en camilla", dijo, con contundencia y cierto grado de agravante gráfico para explicar lo mejor posible lo que le pasa a un deportista de élite por la cabeza.

Porque no todas las veces se entiende: hace unos meses, cuando Naomi Osaka anunció que la presión de estar en la élite podía con ella y comenzó primero alejándose de la prensa y después de las pistas -renunció a Wimbledon aunque no a los Juegos por ser en su país-, surgieron muchas voces críticas que no entendían como alguien que a priori lo tiene todo -éxito profesional, dinero, fama...- puede sentirse de esa manera.

Es, por tanto, esencial visibilizar los problemas de salud mental como un asunto delicado pero real entre los grandes deportistas de élite que, a menudo, deben ser tratados pos psicólogos por lo duro del día a día.

La salud mental no está reñida con la fama y el éxito deportivo; es más, puede verse directamente afectada por estas circunstancias. En los últimos años, varios deportistas han contado de manera pública sus depresiones u otras enfermedades mentales a las que han tenido que enfrentarse, lo que ha ayudado enormemente a que se libre de estigmas lo que es un asunto que incumbe a toda la sociedad. 

Michael Phelps, pionero en dar visibilidad 

"Soy alguien que ha pasado por al menos tres o cuatro períodos de depresión fuerte después de los Juegos y llegué a poner mi vida en peligro". Estas palabras fueron pronunciadas en 2016 por alguien que tiene en su poder nada menos que 28 medallas olímpicas.

Michael Phelps reveló en su biografía que había pasado por varios periodos de depresión, derivados en gran parte por la presión mediática y deportiva a la que se vio sometido durante todos sus años en activo, cuando todo el mundo le exigía dar la talla al mejor nadador de todos los tiempos. Nadie está exento. 

Iniesta, ejemplo en España

Uno de los héroes de la historia del fútbol español confesó haber pasado por un periodo de depresión, acrecentado tras la muerte de su amigo el futbolista Dani Jarque, en el que, además, se vio superado por una serie de lesiones físicas que le hicieron sentirse en un hoyo. E Iniesta  lo relataba con esta crudeza: 

"De repente, uno empieza a encontrarse mal. No sabe por qué motivo, pero un día está mal. Y al siguiente, también. Y así, día tras día. No mejoras. Y el problema es que no sabes lo que realmente te está pasando. Me hacen un montón de pruebas. Todas salen perfectas. Pero mi cuerpo y mi mente se desencuentran, se alejan. Nada produce mayor congoja que no saber qué es lo que te está pasando. La bola se va haciendo más grande. Te encuentras mal y la gente que te rodea no lo entiende. Y el Andrés que todo el mundo conoce se va quedando vacío por dentro. Eso es duro, muy duro".

Tom Dumoulin, uno de los últimos casos

El que fuera ganador del Giro en 2017 y subcampeón olímpico en Río, el neerlandés Tom Doumolin, anunció a principios de 2021 que había llegado el momento, a sus 30 años, de aparcar la bicicleta, al menos por un tiempo.

El motivo, como en los casos anteriores, la presión mediática: "Durante demasiado tiempo, siento una gran presión para rendir y noto que siempre quiero hacer lo mejor para el equipo, para todos los patrocinadores, los fans, etc. Pero en ese proceso me olvidé un poco de mí mismo. Olvidé lo que realmente quiero dentro de este deporte y en mi futuro. Dado que no tengo esta respuesta clara para mí, en realidad tampoco estoy haciendo lo mejor para las personas que me rodea". Pidió ayuda. Este miércoles ha conquistado la medalla de plata en contrarreloj en los Juegos Olímpicos de Tokio.

La depresión, la ansiedad por la presión, el miedo a las altas expectativas es una realidad que muchos ciudadanos sufren y de la que los deportistas no están exentos. Conviene tener muy presente que los problemas de salud mental son una enfermedad como las que afectan a nivel físico y que pueden truncar una carrera. 

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