El expresidente del FC Barcelona Josep Maria Bartomeu pasará la noche de este lunes en prisión después de ser detenido por la mañana por los Mossos d’Esquadra por el caso conocido como Barçagate. También ha dormido en la cárcel el que fuera su mano derecha, Jaume Masferrer, mientras que los otros dos detenidos, el aún director general del club, Óscar Grau, y el jefe de los servicios jurídicos, Román Gómez Ponti, fueron puestos en libertad ayer por la noche.

Los Mossos, que en la investigación vieron posibles delitos de administración desleal y corrupción entre particulares, se presentaron algo más tarde de las 10 horas en las oficinas de la entidad azulgrana del Camp Nou para registrarlas a petición de la juez del caso. Allí, buscaron información del popular Barçagate e interrogaron a diferentes trabajadores de la entidad. Además fueron detenidos Óscar Grau y a Román Gómez Ponti, que todavía trabajan para el club, mientras que a su vez otro grupo de agentes se dirigieron a los domicilios de Josep Maria Bartomeu y Jaume Masferrer para detenerlos.

De Bartomeu a Jesús Gil: otros presidentes del fútbol español que también fueron detenidos

También fueron registradas las sedes de I3Ventures y Nicestream en Barcelona, las dos empresas contratadas por el FC Barcelona para realizar los trabajos del Barçagate.

Fue en febrero de 2020, algo antes de que la pandemia paralizara el país, cuando explotó el caso. El programa ‘Què T’hi Jugues’ de SER Catalunya destapó que la entidad azulgrana había contratado a la empresa I3Ventures para que, supuestamente y entre otras cosas, difamara a través de las redes sociales a diversas personalidades no afines a la directiva de Bartomeu (periodistas, exdirectivos, empresarios...) y también a jugadores como Leo Messi o Gerard Piqué. El Barça habría pagado a dichas empresas un millón de euros anuales, pero lo hizo en varios pagos fraccionados y a cargo de diversas secciones del club para no tener que pasar por la aprobación de la junta directiva.

El 8 de abril, Bartomeu pidió la dimisión de cuatro directivos por las críticas a su gestión, y un día después lo hicieron: fueron Emili Rousaud, vicepresidente institucional; Enrique Tombas, también vicepresidente; Josep Pont, responsable del área comercial; y Silvio Elías. El primero de ellos, Rousaud, considerado el futuro candidato continuista, se fue dando un portazo con una frase que ahora cobra más sentido: «Creo que alguien ha metido la mano en la caja», dijo el pasado 11 de abril. Después, eso sí, acabó reculando.

Bartomeu había aceptado cuando se destapó el escándalo en febrero que al club se le hiciera una auditoría externa, que fue encargada a PriceWaterhouseCooper, y su informe fue entregado a comienzos de julio, el 6. Un día antes, los Mossos, a requerimiento de la jueza, se personaron en el Camp Nou para recabar información sobre el caso.

Mientras la invetigación sobre el Barçagate seguía su curso, con la jueza Alejandra Gil encontrando indicios de un presunto delito de administración desleal, a Josep Maria Bartomeu se le abrió otro frente con la recogida de cifras de la moción de censura, que finalmente salió adelante. El entonces presidente azulgrana trató de que la votación no se produjera, alegando que no era seguro en plena pandemia, pero la Generalitat le obligó a que la celebrara. Esa misma noche, el 27 de octubre de 2020, presentó su dimisión como presidente culé. Con el club aún sin nadie al frente y las elecciones a la vuelta de la esquina, este domingo, el caso ha estallado con las cuatro detenciones del lunes.