El Alavés contiene al Barça y los culés entran en pánico: van cuatro partidos de Liga sin ganar

Messi, ante Jota Peleteiro durante el Alavés - Barcelona
Messi, ante Jota Peleteiro durante el Alavés - Barcelona
EFE
Messi, ante Jota Peleteiro durante el Alavés - Barcelona

Tras dos derrotas ligueras, ante Getafe y Real Madrid, el Barcelona tenía como prioritario ganar al Alavés en su visita a Mendizorroza... pero no pasaron del empate 1-1. Los de Koeman jugaron media hora con uno más, pero no fueron capaces de cambiar la racha: sólo han sumado 2 de los últimos 12 puntos.

Tras media hora en la que ambos se tantearon, pero con el Barça muy echado arriba en el área alavesista donde desaprovecharon ocasiones claras, fue el conjunto babazorro el que se adelantó gracias a una pifia monumental de Neto y Piqué. El central cedió al portero, que no se la esperaba, cuando Luis Rioja venía por detrás para robarle la cartera. El brasileño no se podía creer cómo el atacante blanquiazul les hacía el 1-0 con su primer tanto en Primera División.

La desesperación del Barça viéndose por detrás translució en una imagen: Messi no vio la tarjeta roja después de lanzar un pelotazo contra Hernández Hernández, enfadado por una acción, aunque sí fue amonestado con amarilla.

Las malas sensaciones que dejó la primera parte a Koeman le hizo cambiar tres cartes de golpe para la segunda mitad: Busquets, Lenglet y Dembélé se quedaron en el vestuario y entraron Pjanic, Trincao y Pedri, con De Jong obligado a ponerse de central.

El Alavés se vio con uno menos con media hora por delante, después de que Jota Peleteiro viera la segunda amarilla tras una patada muy alta cuando luchaba con un balón con Piqué.

Aunque concatenación no implica causalidad, lo cierto es que según fue expulsado Jota, el Barça empató. Griezmann aprovechó un balón perdido en la frontal del área para desmarcarse y batir a Pacheco y hacer el 1-1. Pedri asumió los galones, a sus 17 años, de liderar la posible remontada, pero fue un ejercicio coral blaugrana para intentarlo.

Dest, tras una jugada ensayada a balón parado, Pjanic, que fusiló a Pacheco a bocajarro, Piqué de cabeza... El asedio blaugrana no dio resultado, mientras Koeman se hundía en su asiento del banquillo.

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