El deporte sigue trabajando por el regreso de las distintas competiciones, aunque con la prioridad de impedir la propagación de la pandemia del coronavirus. Prueba de ello es la NFL, que ha optado por modificar el diseño de los cascos de los jugadores para evitar posibles contagios.

La liga de fútbol americano decidió incorporar un protector bucal en el propio casco para evitar la transmisión de fluidos entre los jugadores, lo que deja un casco que está cerrado casi al completo, pues solo tiene unas pequeñas aberturas para permitir la entrada de oxígeno.

Este casco, diseñado junto a la Asociación de Jugadores y denominado Oakley Mouth Shield, está fabricado por la misma compañía que fabrica equipos de protección para esquiadores e incluso para el ejército, aunque su principal objetivo ahora es combatir el COVID-19.

El accesorio aún está en sus primeras fases y debe ser testado de forma masiva, aunque el médico de la NFL, Allen Sills, declaró a ESPN que "esperamos que tengamos un producto que todos quieran usar, porque verán el valor y sin perjudicar el rendimiento". Además, el objetivo de la NFL es que comience a utilizarse cuanto antes.

Para realizar dichas pruebas la NFL entregará los nuevos cascos ya han sido entregados a equipos como Los Ángeles Rams y Chargers para probar la visibilidad y la respiración, aunque llegará a los 32 equipos la próxima semana.

La NFL tiene previsto iniciar la temporada regular el próximo 10 de septiembre, siempre que la situación no empeore.