La llegada de Carlos Sainz a Ferrari reaviva la lucha por la Fórmula 1 en televisión entre DAZN y Movistar

Carlos Sainz junto a varios periodistas en el GP de Brasil.
Carlos Sainz, junto a varios periodistas en el GP de Brasil.
EFE
Carlos Sainz junto a varios periodistas en el GP de Brasil.

La trascendencia del fichaje de Carlos Sainz por Ferrari va mucho más allá de lo meramente deportivo, que lo tiene. El madrileño llega a un equipo potencialmente ganador y muchos aficionados han recibido la noticia con ilusión ante la posibilidad de subirse de nuevo al carro de la Fórmula 1.

Esta noticia llega, además, en un momento clave de las negociaciones por los derechos de retransmisión de la competición. Movistar+, que emite el campeonato desde 2014, ha encontrado en DAZN a su principal y prácticamente único competidor y llevan tiempo con tiras y aflojas con Liberty Media, los dueños del negocio.

En unos meses, el contexto ha cambiado notablemente. Antes de que la llegada de Sainz a Ferrari fuese siquiera un rumor o un sueño loco de los fans, DAZN partía con relativa ventaja sobre Movistar. Los resultados de audiencias para la plataforma de Telefónica, sin ser espectaculares, no eran malos y aunque el interés había decaído notablemente (aún es alargada la sombra de Fernando Alonso) en el país, aún podía argumentarse su continuidad en este aspecto. 

Sin embargo, el precio era altísimo. El anterior contrato se firmó entre Movistar y Bernie Ecclestone, refrendado por los actuales dueños, con cláusulas un tanto kafkianas en aspectos como el minutaje en antena con cámaras propias (las conexiones con los corresponsales en los Grandes Premios) o el uso de caretas de imágenes y músicas para los programas. La llegada de Liberty Media supuso un cierto aperturismo, lo que a priori beneficiaba una posible negociación a la baja.

DAZN llegó a España con el campeonato de MotoGP, la Euroliga y la Premier League como grandes bazas, pero pronto empezaron a subir la apuesta. Ya retransmiten la Fórmula 1 en varios países (Italia o Japón, por ejemplo), y empezaron las conversaciones con Liberty en cuanto pudieron. 

La lucha entre Movistar y DAZN por la Fórmula 1 se entremezcló con la que tenían por la Champions League. En ambos casos, la plataforma de Telefónica tiene derecho de tanteo: a igual oferta, ellos tienen preferencia. Parecía que iba a ser una lucha encarnizada... hasta que llegó el coronavirus.

La pandemia, Fernando Alonso y la Champions

La suspensión de las competiciones hasta nueva orden ha supuesto un duro mazazo para la OTT británica. Sin dar cifras concretas, desde DAZN confirman que ha habido un "sustancioso" número de bajas en las suscripciones a su plataforma en los últimos meses. Algunas de ellas, temporales. Otras muchas, totales.

La consecuente pérdida de ingresos ya afectó a la negociación por los derechos del fútbol europeo, y Movistar ha pasado de estar un paso por detrás a llevar dos cuerpos de ventaja. Falta poco más que poner la firma en los contratos.

En la Fórmula 1 ocurría algo similar... hasta que saltó la noticia de Sainz y Ferrari. El crecimiento del interés del público hacia la competición es un argumento para ambas plataformas. Desde Movistar mantienen el mismo discurso que antes: quieren mantener la F1, pero no a cualquier precio. Ante el nuevo escenario están dispuestos a subir ligeramente la apuesta, pero sin echar la casa por la ventana.

La suspensión de carreras del campeonato, que será como mucho de 18 pruebas y no de las 22 previstas, obligará a Liberty Media a una compensación económica en los derechos televisivos en los próximos años, por lo que Movistar puede renovar a un coste igual o incluso inferior al que ha pagado hasta ahora. 

Además, hay un factor añadido en la 'estratosfera' empresarial que puede tener sus derivaciones terrenales: Liberty Global, la matriz de Liberty Media, se ha fusionado con O2, la filial de Telefónica en el Reino Unido, hace muy poco. Es decir: los dueños de la Fórmula 1 y los de Movistar tienen jefes comunes.

Toca sacar carta a DAZN, y ver si puede igualar o superar esa oferta. Sin la Champions, su gran apuesta para el próximo ciclo, pueden destinar ese presupuesto a hacerse con la F1... aunque no queda claro si será suficiente su puja o no.

Para añadir aún más picante a la ensalada, llega el incesante rumor de una posible vuelta de Fernando Alonso. Si tener a Sainz en Ferrari ya es un motivo de peso para que una televisión española apueste por la Fórmula 1, el regreso del 'hijo pródigo' que convirtió este deporte en el segundo más seguido del país da motivos más que suficientes como para echar el resto, tanto por parte de Movistar como por parte de DAZN.

La resolución llegará en breve. El contrato de Movistar acaba en diciembre de este turbulento 2020, pero tanto uno como el otro tendrán que empezar a trabajar antes para preparar el siguiente año. Se avecinan unos meses muy intensos en la Fórmula 1... fuera de los circuitos.

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