Los principales candidatos a presidir la Junta volvieron esta noche a verse las caras en el segundo y último debate electoral, celebrado a una semana de que se abran las urnas.

Como ya sucediera en el primer debate, el de anoche, en TVE, se desarrolló muy condicionado por los tiempos de intervención, aunque de manera mas ágil y también tirante, con interrupciones y cruces de acusaciones casi desde el principio entre los participantes, que aprovecharon también esta cita para lanzar un aluvión de propuestas.

La candidata socialista, Susana Díaz, que esta vez cambió la chaqueta verde Andalucía por una roja PSOE, incidió en su campaña "en positivo" e insistió en pedir una mayoría suficiente que "permita que nadie bloquee Andalucía" tras el 2-D.

No respondió al candidato de Ciudadanos, Juan Marín, que la instó a manifestar si pactará o no con Adelante Andalucía, pero sí cuestionó a este sobre si sumará sus votos a los del PP-A y Vox. Díaz, que tuvo varios econtronazos con Moreno —"hoy le veo nervioso y faltón", le espetó—, planteó una bajada del paro de nueve puntos en la próxima legislatura y presumió por la Sanidad y la Educación en la comunidad.

El popular Juan Manuel Moreno, que repitió con traje de chaqueta y corbata roja, y tiró de numerosos gráficos y fotografías —de manifestaciones, hospitales, citas médicas de "ciudadanos reales"...—, volvió a plantear las elecciones del domingo como un "referéndum entre el cambio y la continuidad" y lanzó, desde el inicio, ataques tanto a Díaz como a Marín. Entre las medidas propuestas por el candidato del PP-A, un cambio de gestión del sistema sanitario y la bautizada por él mismo como Bajada Masiva de Impuestos, sobre todo, el de sucesiones, así como una mayor atención al sector de la Agricultura.

Teresa Rodríguez, candidata de Adelante Andalucía, con pantalón negro, camiseta roja y chaqueta morada, hizo hincapié en su campaña "austera" financiada con microcréditos para no "debernos a las entidades financieras". Aseguró que la creación de empleo es su prioridad para que "los trabajadores andaluces vuelvan a tener unas condiciones de vida dignas". Y abogó también por terminar con el "enchufismo" y los "recortadores profesionales" que, en su opinión, hay en la Administración.

Marín, que para esta ocasión se decantó por vaqueros, camisa y americana, fue el primero en llegar al debate y lo hizo en un autobús que, con el lema Se ríen de nosotros, se ríen de España, combinaba imágenes de Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Pedro Sánchez y Susana Díaz. El candidato de Ciudadanos pidió a los andaluces que acudan el domingo a votar "sin miedo" y aludió desde el inicio a la corrupción, tanto del PP como del PSOE.

La sombra de Cataluña, y también del País Vasco, volvió a planear sobre el debate, así como la de la corrupción, donde salieron a relucir los ERE y las tarjetas de la Faffe. Díaz, en un tono más combativo que en el anterior debate -ya por la mañana aseguró que esperaba un "tres contra una"-, insistió en que su Gobierno "no tiene una sola mancha" y que sus cuentas son "transparentes".