El 2010 que está a punto de acabar nos ha dejado historias de entrega, esperanza e injusticia de gente anónima. 20minutos.es informó de ellas en su momento y, para que no queden en el olvido, las traemos ahora juntas en dos capítulos. El de hoy es el primero.

La desgarradora historia de la familia Meño es una lección de coraje y un despreciable ejemplo de mala praxis. Antonio Meño entró en quirófano para someterse a una sencilla operación de cirugía estética en 1989 y salió en coma irreversible. Los padres vencieron la primera batalla judicial. El anestesista de la operación fue condenado por negligencia. Un infierno de apelaciones derivó en la condena definitiva. El Supremo arrebató la razón a la familia y la condenó a pagar 400.000 euros en concepto de costas judiciales.

Sus padres, panaderos jubilados de Móstoles, se declararon insolventes. Embargada su casa, construyeron una caseta de lona y madera en una plaza de Madrid y emprendieron la lucha a pie de calle. La rutina marcó la vida de los Meño hasta que el doctor Ignacio Frade, aprendiz en el momento de la intervención de Antonio, decidió testificar en contra del anestesista y el Supremo falló a su favor.

La lógica judicial sería alcanzar un acuerdo económico extrajudicial. Sin embargo, Luis Bertelli, el abogado de la familia, ha dejado el caso. "Él dice que su objetivo era darle la vuelta al caso. Y que ya se lo ha dado". Juana Meño suena cansada. Pero no abandona.

Las humedades del techo provenían de la casa de la difunta Patrocinio. Alberto y Miguel Ángel, pareja, preguntaron sobre los herederos del inmueble para solucionar el problema y toparon con la Iglesia católica. La mujer había dado en herencia su céntrico piso madrileño a Juan Pablo II. El representante por aquel entonces de su Santidad en España les ofreció el piso. Y el inmueble pasó a ser propiedad de una pareja cuya naturaleza atentaba contra la creación humana. "La Iglesia sólo nos quiere para hacer negocio", apunta Alberto.

José Castaño organizó una lectura de poemas el día de la muerte de García Lorca. Y pasó dos años en la cárcel acusado de "reafirmación marxista". Ser profesor republicano durante el franquismo era una paradoja. Así que no pudo ejercer la profesión hasta 36 años después y diez años antes de la jubilación forzosa. La década le supo a poco. Este maestro murciano pidió seguir en el colegio y todavía ejerce como voluntario. Con 93 años. "No sé el tiempo que podré aguantar. Pero mientras sea útil, no me jubilaré".

Laura tiene 3 años y sufre anemia sideroblástica. Una patología que convierte su sangre en veneno para sus órganos. La enfermedad no tiene cura en España, pero la familia ha conseguido reunir los 60.000 euros que cuesta el diagnóstico de la enfermedad para ser tratada en Rochester (Minessota).

Ella huía de un marido etílico en Marruecos y él escapaba de un futuro imposible en la India. La casualidad los presentó en Melilla y juntos se reinventaron. Un hijo les devolvió la esperanza y la Comisión de Asilo y Refugio se la quitó. Ikram había sido amenazada por su familia por mantener relaciones con un no musulmán y por tener hijos fuera del matrimonio.

Así que ignoraron la orden de expulsión y cuadraron el círculo. El Gobierno accionó en el mes de septiembre un salvoconducto extraño: El permiso de viaje. Un documento que permite viajar durante 15 días antes de abandonar el país. Pero las ONG saben que el papel es el reconocimiento encubierto de residencia. Soni e Ikram reconstruyen su historia en Vitoria desde septiembre.

El amianto cohabitaba con los trabajadores de astilleros y fábricas de uralitas en la década de los setenta. En un primer momento no había información sobre sus efectos cancerígenos. Después, las empresas ocultaron la peligrosidad del material. El resultado: más de 60.000 personas están afectadas y 1.321 fallecerán hasta 2016 de mesotelioma –un cáncer incurable asociado a la exposición del amianto–, según un estudio de la Universidad Pompeu i Fabra. En la imagen, Rodríguez Espiñeira y J. Luis Castro, afectados.

Sara García fue madre por segunda vez en agosto. Solicitó su baja maternal y la Seguridad Social la informó de que cobraría 700 euros. Menos de la mitad de los 1.600 euros que debería cobrar de salario. El motivo: la empresa en la que trabaja desde 2004 debe más de 250.000 euros a la institución pública. Sara interpuso una reclamación y la resolución llegó el 1 de octubre: "La queja ha sido desestimada porque la empresa incumple el abono de las cotizaciones sociales". La Seguridad Social reconoció que este tipo de situaciones son frecuentes.

Un accidente de tráfico postró su cuerpo en una silla de ruedas a los quince años. Pero no su mente. Jesús Raga se ha convertido en el primer alcalde tetrapléjico de España. Es socialista y gobierna desde abril en Bonrepòs i Mirambell (Valencia).

El 4 de mayo Rafael se convirtió en el segundo paciente de España en someterse a un trasplante facial. Padecía una enfermedad congénita que le había deformado dos tercios del rostro y provocado la pérdida de visión en el ojo derecho. La intervención duró 30 horas y contó con 100 médicos del hospital Virgen del Rocío (Sevilla). Aún no pronuncia bien. Pero distingue el frío y el calor. Tienen tacto en las mejillas y siente dolor.