Un maestro de 93 años sigue al pie del cañón en clase: "No tengo idea de jubilarme"

  • José Castaño tiene 93 años y sigue en activo.
  • Da clases de refuerzo o ayuda en Secretaría en un colegio público que lleva su nombre en Murcia.
José Castaño, con 93 años recién cumplidos esta semana, sigue trabajando como voluntario en un colegio de Murcia.
José Castaño, con 93 años recién cumplidos esta semana, sigue trabajando como voluntario en un colegio de Murcia.
ALFONSO DURÁN
José Castaño, con 93 años recién cumplidos esta semana, sigue trabajando como voluntario en un colegio de Murcia.

Lo suyo es vocación sin límites. José Castaño cumplió esta semana 93 años y sigue en activo, dando clases de refuerzo o echando una mano en Secretaría en un colegio público de Murcia que, desde que se construyó, hace 20 años, lleva su nombre.

En su familia (tres hijos y siete nietos) "hay de todo", pero aceptan que él siga trabajando. "Saben que es mi vida, lo que más me gusta y que casi no podría vivir sin venir todos los días al colegio", confiesa sin dramatismo.

Da fe de ello Juan Valverde, director del colegio donde trabaja José Castaño: "Tiene que estar muy enfermo para no venir por aquí".

En el bando perdedor

A José Castaño, el franquismo lo pilló en el bando republicano. Lo detuvieron y condenaron "a reclusión perpetua" porque cuando murió García Lorca, junto a un grupo de estudiantes, organizó una lectura de poemas, frente a lo que hoy es el cine Rex de Murcia. Recién graduado de maestro, pasó dos años y medio en la cárcel, acusado de "reafirmación marxista".

"Yo defendí la República en la medida de mis pocas fuerzas y la sigo defendiendo. Estuve en el bando perdedor y pagué las consecuencias".

Cuando José Castaño salió de prisión tuvo que buscarse la vida cobrando a morosos, en obras públicas en la Mancomunidad de Canales del Taibilla, en el comercio...

"No tenía muchas esperanzas de volver a la escuela, pero si sigues una trayectoria, y es honesta, al final, la vida deja a cada uno en el sitio que le corresponde. Hay que tener la suerte de resistir y permanecer en este valle de lágrimas. Hay que ser optimistas, aunque haya pesimistas que no se vayan ni a tiros".

Entre una cosa y la otra, José Castaño pasó 36 años sin ejercer como maestro, hasta que "después de la muerte de su Excelencia", pudo volver a las aulas, pero la edad de la jubilación se le echó encima.

Jubilación forzosa

"En 1975 reconocieron la validez de mis estudios aunque me obligaron a repetir una parte. Cuando llevaba 9 años trabajando en un colegio, cumplí los 67 y me llegó la jubilación forzosa. Como lo de enseñar me estaba gustando mucho, pregunté si podía continuar y me dijeron que sí, pero sin firmar actas".

Poco después empezaron a construir el colegio donde hoy trabaja como voluntario, y sus compañeros propusieron que se llamara Maestro José Castaño. "Me han dado otras distinciones, pero la mayor satisfacción de un maestro es ver su nombre en la fachada de un colegio".

En medio del debate sobre ampliar la edad de jubilación hasta los 67, José Castaño cree que debería ser voluntario y tener en cuenta las condiciones físicas de cada uno.

"Hay quien a los 50 está hecho un carcamal y hay quien a los 80 está muy bien. No es lo mismo un minero que un intelectual. A los 65 años un profesor universitario está en perfectas condiciones de seguir enseñando".

Aún así, él reconoce que su caso no es común. "Más de una vez me han llamado para hablar en actos de jubilación y siempre pido que continúen en contacto con el colegio. Generalmente no me hace caso nadie. Pero yo lo pido. El que prefiera pasarse el día en el casino, jugando al dominó o viendo una película, que lo haga. Mi mayor satisfacción es venir al colegio. No sé el tiempo que podré aguantar ni lo que me aguantarán a mí. Mientras crea que puedo ser útil no tengo idea de jubilarme. Cuando me llegue la edad, lo haré".

Cosas que nunca ha visto

El maestro José Castaño nació por casualidad en Melilla, un 9 de marzo de 1917. Hijo de murcianos, vive en Murcia desde que tenía 14 años. A sus 93, confiesa que nunca ha visto "una crisis como ésta", aunque cree que si sirve para que los chavales vuelvan a estudiar, "bendita crisis". Tampoco ha visto lo que considera "la mayor vergüenza de la democracia": que se admita una querella de Falange Española contra el juez Garzón.

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