La pasarela de albero en la que se convierte cada año el Real de la Feria de Abril se prepara ya para ser pisada con garbo y salero por un sinfín de flamencas que lucirán sus nuevas adquisiciones. Una cuestión nada baladí, ya que las tendencias en moda flamenca varían cada temporada. Talles, escotes, volantes, mangas, colores, telas y complementos se renuevan cada año para que la mujer luzca espléndida sin perder un ápice de la tradición de este traje regional.

Pol Nuñez es uno de los nombres ya clásicos en las pasarelas de moda flamenca. "Este año hemos querido llamar a la colección Mirando de frente, porque es la actitud que hemos mantenido para salvar esta larga crisis económica en la que todos hemos tenido que reinventarnos", asegura Delia Nuñez, creadora de la marca.

"Sigo manteniendo algunas de mis señas de identidad como la apuesta por el color o el patchwork, pero este año me he inspirado en el impresionismo abordando colores como los ocres o el teja, que antes no había tocado", prosigue.

En cuanto a los talles, "suben por primera vez en muchos años, es un corte que sienta muy bien, aunque yo procuro ayudar a mis clientas a elegir la forma que se adecúe mejor a su cuerpo y su figura", continúa.

Algodones, sedas, gasas, tules, todo tipo de tejidos livianos y cómodos son los elegidos por la firma Pol Nuñez, "buscando la frescura", reconoce tras varias ferias con mucho calor. Eso sí, la manga, con más o menos volumen, se mantiene larga. En el campo de los mantones, Delia ha apostado por "reinventar aquellas figuras de los mantones de manila de los años 20, con colores fuertes e intensos", sigue, a los que acompaña con madroñeras de colores para el pelo "que están teniendo mucho éxito".

Rocío Peralta ha conseguido hacerse un nombre en apenas unos años y sus diseños han causado sensación en la pasarela de We Love Flamenco esta temporada. "Yo empecé en plena crisis y no conozco otra situación, pero sí es cierto que cada año se nota que crecemos más", afirma.

Los mantones bordados serán un básico para esta temporada 2016"Mi colección está inspirada en el Oeste, buscando la similitud entre nuestra cultura y la suya, con faldas cómodas y talles más altos", explica. Gasas, batistas de algodón y crepes son las telas que ha elegido Peralta, que cuenta con una línea clásica de rojos, blancos y negros "en una vuelta al origen", así como una serie de estampados muy llamativos y favoredores. También han funcionado muy bien sus trajes en colores degradados, del coral al morado, pasando por el rosa y el rojo, muy estéticos.

Los escotes en pico, tanto por delante como detrás, están presentes en las creaciones de Rocío Peralta, que busca la mejor forma de combinarlos con un elemento que considera fundamental para una flamenca: el mantoncillo, clave de su colección esta temporada. "Tras seis años, he conseguido el bordado que quería diseñar y lo tenemos en diecinueve colores", continúa, al tiempo que apunta que están teniendo una gran acogida.

Por último, en cuanto a las mangas, reconoce que se sigue apostando por que sea larga, aunque con muchas variaciones, desde aquellas muy enriquecidas y con grandes volúmenes, hasta las más caídas y vaporosas. "Todo para que la mujer se sienta guapa", concluye.

Luisa Pérez cuenta con una amplia gama de diseños, no sólo en lo que a trajes de flamenca se refiere, sino en el ámbito de los complementos. En su colección, han sido muy apreciadas sus hombreras elaboradas con claveles para los vestidos, así como los cinturores, detalles poco habituales que sin embargo han despertado el interés del público por su resultado estético. En cuanto a los complementos, ha creado tres líneas, una de día, otra de noche y otra vintage, para ofrecer todo tipo de posibilidades a las flamencas.

Así, "los pendientes, broches, peinas doradas o los bordados en negro, el cashmire, las coronas de claveles para el pelo o los cinturones se han vendido muy bien. Especialmente porque además pueden servir también para un look de boda", asegura la diseñadora, que apuesta por estos complementos para la noche.

La línea de flores de colores, argollas con piedras de porcelana, terciopelo envejecido y encajes recuerdan a otros tiempos y también han tenido mucha salida. Del mismo modo que los ramilletes de flores, las hortensias o los claveles de colores vivos y pintados a mano, que lucen realmente bien durante el día.

Los mantoncillos son también un básico, aunque esta vez se deja de lado el plumeti que tanto protagonismo había captado en las últimas temporadas, para elegir los bordados, tanto lisos como de colores, los encajes, o los estampados de flores.

"Usamos crepes de seda, batista de algodón, tules bordados y punto", sigue. En cuanto a la forma de combinar todos los elementos, Luisa Pérez recomienda romper. "No todo ha de ser homogéneo, hay que buscar cierto contraste y, eso sí, llevar el pelo muy decorado con flores y peinecillos".