Cómo Botticelli, olvidado durante tres siglos, reapareció en el XIX y es ahora un icono pop

  • Eclipsado más que ningún otro gran pintor europeo, la fama de Sandro Botticelli (1445-1510) sólo se renovó con el prerrafaelismo y creció durante el siglo XX.
  • La exposición 'El renacimiento de Botticelli' estudia cómo el estilo ambiguo y gnóstico del maestro ha calado entre los creadores modernos.
  • Herético, hostil al matrimonio y quizá homosexual, murió en la pobreza y sólo esquivó el hambre por la caridad de sus antiguos mecenas.
  • Web especial de la muestra: Botticelli 'ahijado' por Warhol, LaChapelle, Cindy Sherman, Rineke Dijkstra, Picabia, Rossetti, Burne-Jones, Magritte...
Reinterpretación de Tomoko Nagao del cuadro 'El nacimiento de Venus' de Boticelli
Reinterpretación de Tomoko Nagao del cuadro 'El nacimiento de Venus' de Boticelli
© Tomoko Nagao
Reinterpretación de Tomoko Nagao del cuadro 'El nacimiento de Venus' de Boticelli

Durante más de tres siglos, entre el XVI y el XIX, el pintor florentino Sandro Botticelli entró en un espacio oscuro y ni siquiera era considerado uno de los maestros del Renacimiento. Un telón de olvido cayó sobre su obra, representativa de la gracia del Quattrocento italiano y su ideal de belleza ambigua y lánguida, sin demasiado interés por las perspectivas pero sí por el detalle y la sinuosidad.

Si hoy realizáramos una encuesta callejera sobre los lienzos cumbre renacentistas, es seguro que entre los más conocidos y amados por el público aparecería La nascita di Venere (El nacimiento de Venus, 1486), el despampanante cuadro pintado al temple por Botticelli con la bella Simonetta Vespucci, la primera musa del arte occidental, posando como modelo para el nacimiento sobre las aguas, como una mujer adulta, de la diosa del sexo, el deseo y el amor.

Presagio de la modernidad

La obra, repetida y homenajeada en la cultura popular, es considerada hoy la esencia de una época y un presagio de modernidad: el desnudo integral y sin ocultamiento, la inmaterialidad de la belleza, la inteligencia pura, el amor —el físico y también el intelectual— como don divino, las formas estilizadas y ajenas al canon voluptuoso de la figura femenina, la bidimensionalidad de la escena, que desecha la profundidad y la perspectiva para acercarse al aplanamiento del arte griego, la mujer presentada como Nueva Eva...

Botticelli, que fue en vida uno de los favoritos de la poderosa familia Médici, murió casi en la indigencia. Dicen que evitó el hambre por la caridad de sus benefactores, que le ayudaron con donaciones económicas en los últimos años. Era una persona especial y compleja para su tiempo: herético, amante de la sabiduría gnóstica, enemigo frontal del matrimonio y, según algunos biógrafos, quizá homosexual. Otros opinan que sufrió toda su vida de una locura de amor no correspondido por Simonetta. En el lecho de muerte pidió ser enterrado a los pies de ella y el deseo fue cumplido: ambos cadáveres reposan en la iglesia Ognissanti en Florencia.

Tres factores: Savonarola, Leonardo y Miguel Ángel

¿Qué factores justifican el olvido de un pintor de primera fila? Pueden citarse tres. La primera, la pérfida influencia del controvertido e inquisidor monje dominico Girolomo Savonarola, promotor en 1497 de las Falò delle vanità (hoguera de las vanidades) para limpiar la sociedad florentina de lo que consideraba una caída en el vicio. Botticelli participó en la destrucción bajo las llamas de algunas de sus propias pinturas, mezcladas con espejos, maquillajes, vestidos suntuosos e incluso instrumentos musicales que el integrista clérigo consideraba "instrumentos de pecado". Las otras dos causas de la postergación del maestro tienen nombre y apellidos: Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel, que eclipsaron con su genialidad y hallazgos técnicos a cualquier otro artista.

La exposición The Botticelli Renaissance (El renacimiento de Botticelli) quiere explicar cómo el pintor emergió del olvido en el siglo XIX —de la mano de los prerrafaelitas ingleses— y se ha convertido en un referente constante del arte moderno. La muestra, hasta el 24 de enero de 2016 en la Gemäldegalerie del consorcio de los museos estatales de Berlín, es una ambiciosa puesta al día del maestro florentino y una revisión de su huella en artistas contemporáneos como Warhol, LaChapelle, Cindy Sherman, Rineke Dijkstra, Picabia, Rossetti, Burne-Jones, René Magritte...

50 originales y 150 obras contemporáneas

Con 50 originales del renacentista y otros 150 entre cuadros, dibujos, esculturas, fotografías, vídeos y objetos de moda y diseño donde su estilo y marca tienen carácter de evidencia, la muestra parte de la premisa de que Botticelli debe ser revisado porque sus obras, sobre todo El nacimiento de Venus, forman parte de la "memoria visual universal".

Desde que los esteticistas del prerrafaelismo lo adoptaron como espejo en el que mirarse —es revelador que los historiadores citen como el último cuadro de la escuela a El estudio de Botticelli: la primera visita de Simonetta, presentada por Giulio y Lorenzo de Médici, pintado en 1922 por Eleanor Fortescue-Brickdale, que imagina el primer encuentro del florentino con su musa—, el artista "ha capturado la imaginación de un número creciente de artistas y una audiencia en constante crecimiento", dicen los organizadores.

En la moneda del euro

Dadas las muchas formas y acercamientos en que la obra de Botticelli ha sido interpretada —el museo berlinés ha lanzado una página web específica sobre la exposición con bastantes de las obras del evento—, la muestra quiere ayudar a los visitantes a responder a algunas preguntas: "¿Cómo reemergió de la sombra un creador olvidado y ganó fama universal? ¿Cómo se convirtió en un icono del pop? ¿Por qué son hoy sus obras consideradas atemporales y tan europeas que incluso aparecen en las monedas del euro?".

Para los responsables de la admirable exposición, la primera que propone un "viaje por el tiempo" para maridar obras originales del artista con una amplísima selección de aquellas que lo ahíjan, Botticelli "inspira el arte de la modernidad y la edad actual como casi ningún otro viejo maestro". Es posible encontrar el toque Botticelli en las fotos de inseguras adolescentes de la holandesa Rineke Dijkstra, en las imágenes escenografiadas de la camaleónica Cindy Sherman, en los reportajes de moda de Paul Himmel o en el barroquismo glam de David LaChapelle, enumeran.

La exposición está producida por el museo alemán y el Victoria & Albert de Londres. En esta segunda pinacoteca será exhibida entre el 5 de marzo y el 3 de julio de 2016 bajo un título diferente: Botticelli Reimagined (Boticelli reimaginado).

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