Vecinos de San Fermín logran frenar el desahucio de una familia con dos niños pequeños

  • Lola y Alfonso viven desde 2004 en una vivienda social de protección especial del barrio del sur madrileño junto a cinco hijos y dos nietos (de dos y cuatro años).
  • El Ayuntamiento iba a desahuciarlos el lunes 12 de enero alegando que son una "familia conflictiva" y que, por lo tanto, ejecutarían el desalojo por impago.
  • Vecinos dicen que no es verdad que sean conflictivos, y han recogido casi 300 firmas para evitar el desahucio.
  • "Me siento muy aliviado, ayer estábamos hundidos, ahora tendremos que ayudar al resto de los vecinos", dice Alfonso, el padre de familia.
Los Castellanos Soriano, que evitaron el desahucio de su vivienda en el barrio de San Fermín, en Madrid. Arriba, de izquierda a derecha, Adán (con el niño Miguel en brazos), Estrella, Eugenio y Melisa (con la niña Samara). Abajo, los padres, Alfonso y Lola.
Los Castellanos Soriano, que evitaron el desahucio de su vivienda en el barrio de San Fermín, en Madrid. Arriba, de izquierda a derecha, Adán (con el niño Miguel en brazos), Estrella, Eugenio y Melisa (con la niña Samara). Abajo, los padres, Alfonso y Lola.
JORGE PARÍS
Los Castellanos Soriano, que evitaron el desahucio de su vivienda en el barrio de San Fermín, en Madrid. Arriba, de izquierda a derecha, Adán (con el niño Miguel en brazos), Estrella, Eugenio y Melisa (con la niña Samara). Abajo, los padres, Alfonso y Lola.
La familia Castellano Soriano ya había empezado a recoger sus cosas, que ya se apilaban en el salón de su piso en el madrileño barrio de San Fermín, antes de hacer un último intento para detener el desahucio. Pero la presión vecinal dio sus frutos y, por ahora, los nueve miembros de esta unidad familiar se quedan en su casa.

"Me siento muy aliviado, mira estos niños, no sé qué íbamos a hacer, estuve toda la semana con dolor de estómago y se me ha ido al saber que nos quedamos", cuenta Alfonso, el padre de familia, sentado en un sofá de su salón, descansando tras unos días de mucha tensión en la que se jugó la suerte de su hogar, un piso de cuatro habitaciones en un bloque de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS).

Después de semanas de incertidumbre, la presión de vecinos del barrio evitó que el lunes 12 de enero se ejecute el desahucio de esta familia con nueve miembros, dos de ellos de 2 y 4 años, por una deuda de 13.839,12 euros en alquileres de una vivienda social. El Ayuntamiento iba a ejecutar el desahucio alegando que, por ser una "familia conflictiva", no les iban a renegociar la deuda.

Aunque la política actual de la EMVS es no desahuciar por impagos (dicen tener más de 400 viviendas con deudas susceptibles de desahucio por este motivo), con la familia Castellano Soriano pensaban hacer una excepción. Sin embargo, al final la empresa ha aceptado renegociar la deuda, con la condición de que firmen un acuerdo de convivencia.

"La EMVS no desahucia a nadie por impago, pero tenemos cincos casos en este barrio en el que los vecinos piden amparo a la EMVS por la conflictividad social de estas familias", dicen desde el Ayuntamiento, agregando que existen denuncias por exceso de ruidos, presencia constante de personas en las zonas comunes, entre otros motivos.

Para evitar más inconvenientes, el Ayuntamiento ha instado a la familia a firmar un pacto de convivencia para no molestar a sus vecinos. Aunque no les entregaron una copia.

"Pedí una copia para tener como resguardo y la persona que me lo entregó me dijo: 'No, tienes que mirarme a los ojos y confiar en mí', espero que no nos den más sorpresas", cuenta Estrella, una de las hijas, de 22 años, agregando que por las dudas no se quiere "quitar el susto".

Lola
, la madre, no sabe a qué se refieren con "familia conflictiva": "Aquí jamás vino la policía, nunca tuvimos un más y un menos con ningún vecino, así que no lo entiendo".

Estrella piensa que puede haber información que no les están contando: "Quizás no sea verdad que hay denunciantes, y sólo sea una estrategia para que nos vayamos yendo todos, de a poco".


Más allá de que pueda haber denuncias vecinales concretas, la familia cuenta con mucho apoyo, lo que se pudo notar en las manifestaciones de afecto y alegría con las que fueron recibidos una vez que volvieron a su casa con la noticia de que se quedaban. La Asociación Vecinal de San Fermín recogió 297 firmas de vecinos y las presentó ante el juzgado.

"Dicen que es una familia conflictiva, yo te aseguro que no es así, que es una familia excelente, y son muy buenos vecinos", dice Mayte Pocero de la Cruz, de la AV San Fermín.


Viven nueve con 500 euros al mes

Lola, Alfonso y sus hijos fueron realojados hace diez años en esta vivienda social de protección especial en una promoción pública en el barrio de San Fermín. Antes vivían en un camión que habian acondicionado con sus hijos, hasta que se les hizo un contrato de realojo que se rige por el decreto 100/86 de la Comunidad de Madrid, que plantea una revisión de las condiciones del alquiler cada dos años para adecuarla a las posibilidades económicas del inquilino.

Pero en once años, dicen que la EMVS no revisó nunca las condiciones.
Agotadas las prestaciones por desempleo, la familia subsiste con la Renta Mínima de Inserción (RMI) de 500 euros al mes que cobra Lola y no pudo seguir haciendo frente al alquiler, de 400 euros al mes. La deuda acumulada con la empresa pública asciende a 13.839,12 euros, según la AV San Fermín.
"Ahora a ver qué alquiler nos ponen", dice Alfonso.
Según la Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm), de los cinco desahucios que pretendía llevar a cabo la EMVS en San Fermín, aún está pendiente de ejecución uno, que se llevaría a cabo a finales de mes. A los otros tres todavía no se les ha celebrado el juicio.
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