La concentración de vecinos contra las obras de la calle Vitoria de Burgos continúa este miércoles con la participación de un centenar de personas, al tiempo que ha sido decretado el ingreso en prisión de cuatro de los detenidos por los incidentes.

Desde las 6.30, los manifestantes se han instalado en carpas improvisadas. En el lugar de la protesta se han instalado también varias pancartas pidiendo la dimisión del alcalde burgalés, Javier Lacalle, y contra la corrupción.

La titular del Juzgado de Instrucción número tres de la ciudad ha decidido el ingreso en prisión de otros cuatro detenidos en los incidentes, en este caso los que participaron en los disturbios de la noche del lunes.

Estas cuatro personas pueden salir con una fianza de 3.000 euros cada uno, han informado a Efe fuentes judiciales. Otros dos han quedado en libertad provisional. Todos ellos son de Burgos.

Hasta ahora se ha detenido a 46 personas, de las cuales 11 son menores que han pasado a disposición de la fiscalía. Cinco permanecen en prisión, otro ha salido bajo fianza de 3.000 euros y el resto están en libertad provisional.

El anuncio de paralización de las obras que realizó este martes el regidor para abrir un proceso de diálogo y revisar el proyecto no ha bastado a los vecinos para desconvocar la protesta.

Sus representantes insisten en que la protesta se mantendrá de forma indefinida y han convocado una asamblea en el mismo lugar de las obras para el mediodía, en la que decidirán las próximas acciones a adoptar.

La presencia policial es más discreta que en días anteriores y se encuentra localizada a unos cien metros a cada uno de los extremos de la zona de las obras. Hasta ahora los agentes no han realizado intervención alguna.

El vicealcalde de Burgos, Ángel Ibáñez, espera que la mesa de diálogo que se abrirá sobre las obras del barrio de Gamonal sirva para que los grupos políticos de la oposición "puedan entender que este tipo de actuaciones están basadas en una legitimidad democrática y tienen que poder llevarse adelante", porque de lo contrario se lanzaría un mensaje "que puede extenderse a otros lugares".

Ibáñez se ha expresado así en declaraciones a la Cope recogidas por Europa Press. El vicealcalde confía en que de este modo la gente pueda "volver a sus casas tranquilamente" y el Ayuntamiento pueda analizar "con calma", con los grupos políticos y con las asociaciones vecinales, lo que ha sucedido en el barrio. "Si es algo que tiene que ver con esta obra, con este proyecto, o hay algo que se nos escapa", ha precisado.