El alcalde de Burgos paraliza temporalmente las obras de Gamonal tras 5 días de protestas

  • El alcalde burgalés, Javier Lacalle, ha señalado que se creará un grupo de trabajo para buscar un mayor consenso en torno al proyecto de la calle Vitoria.
  • Los vecinos llevaban desde el viernes protestando contra la obra y se han producido disturbios que han dejado 40 detenidos y varios heridos.
  • Según Lacalle, la suspensión de las obras "abre un paréntesis" de unos quince o veinte días para dialogar sobre el proyecto de reconversión del bulevar.
  • CLAVES: ¿Qué esta pasando en Burgos?
  • A FONDO: Cuando una protesta vecinal logra parar un proyecto.
Vecinos del barrio de Gamonal, concentrados frente a la comisaría de la Policía Nacional para pedir la libertad de los detenidos durante los enfrentamientos con la Policía de los pasados días.
Vecinos del barrio de Gamonal, concentrados frente a la comisaría de la Policía Nacional para pedir la libertad de los detenidos durante los enfrentamientos con la Policía de los pasados días.
EFE
Vecinos del barrio de Gamonal, concentrados frente a la comisaría de la Policía Nacional para pedir la libertad de los detenidos durante los enfrentamientos con la Policía de los pasados días.

El Ayuntamiento de Burgos ha decidido paralizar las obras del bulevar de la calle Vitoria, proyecto que suscitaba el rechazo de distintos colectivos sociales, políticos y vecinales y que ha sido la causa de los disturbios ocurridos desde el pasado viernes en el barrio de Gamonal.

Así lo ha anunciado esta tarde el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, que ha señalado además que se creará un grupo de trabajo para buscar un mayor consenso en torno al proyecto. Lacalle ha dicho que  "se abre un paréntesis" para dialogar que, según ha estimado, no debería ir más allá de los quince o veinte días.

En la comisión participarán los grupos políticos municipales, las asociaciones de vecinos, también las contrarias al proyecto, y técnicos del consistorio. Preguntado por los periodistas sobre el alcance o posibles límites de esa comisión, el alcalde ha dicho que "no es momento para hablar de líneas rojas, sino de ampliar acuerdos y un consenso en el que el ayuntamiento lleva dos años trabajando y que ha supuesto varias modificaciones del proyecto inicial para incluir sugerencias y alegaciones de particulares y colectivos".

"Para el ayuntamiento lo importante es el mayor bienestar para cada ciudadano de Burgos y eso está por encima de cincuenta obras", ha asegurado el regidor.

Se ha mostrado convencido de que, con esta decisión, se paralizarán las tensiones de los últimos días y ha pedido responsabilidad a todas las partes que se hayan podido ver implicadas, pero también a los usuarios de redes sociales que ha asegurado que en estos días han vertido, en algunos casos, muchas inexactitudes en torno a este asunto. Lacalle ha lamentado también la imagen negativa que se haya podido dar de Burgos y los burgaleses, que ha insistido que no se corresponde con la realidad.

El regidor ha lamentado la paralización de las obras provocada porque no se ha podido garantizar durante estos días la seguridad de los equipos y personal de las empresas adjudicatarias de la obra. En este sentido, el vicealcalde, Ángel Ibáñez, ha afirmado que, hasta ayer, la evaluación de daños que ha realizado el ayuntamiento sólo en mobiliario y bienes públicos por los disturbios de los últimos días supera los 50.000 euros.

Ha recordado que a esta cantidad habría que sumarle los daños en efectos de la propia empresa y los que se han producido en otros bienes privados como son las sucursales de entidades bancarias de la zona que han resultado dañadas.

8.000 vecinos salen a la calle

A pesar del anuncio del alcalde, unas 8.000 personas, según la asamblea vecinal, se han manifestado esta tarde en una marcha que ha llegado hasta la Comisaría de Policía. La asamblea ha manifestado que no creen que el compromiso del alcalde sea real y por lo tanto, al menos de momento, mantienen las movilizaciones.

Frente a la Comisaría, los manifestantes han proferido gritos pidiendo la liberación de los detenidos en los incidentes, seis de los cuales ya han pasado a disposición judicial y uno más que permanece ingresado en prisión con fianza de 3.000 euros.

El grueso de los manifestantes ha regresado después al lugar donde se iniciaron las obras el pasado jueves en la calle Vitoria, en la que estos días ha habido una concentración permanente para impedir que volvieran las máquinas pesadas. En el lugar de las obras se han encontrado con un cordón policial a ambos lados de la calzada que sólo ha permitido el paso de personas por las aceras y ha impedido que se volviera a ocupar la parte central.

En el entorno de la calle Vitoria se aprecia un despliegue de fuerzas antidisturbios de las Unidades de Intervención de Valladolid, que llevan varios días en Burgos, y de Madrid, que se han incorporado hoy como refuerzo, ante la posible llegada de grupos radicales procedentes de otras provincias, según fuentes policiales.

Cinco días de disturbios

Los vecinos de este barrio de Burgos llevan desde finales del pasado mes de octubre protestando por la reconversión de una de las principales avenidas de la ciudad en un bulevar. Esas manifestaciones, de carácter pacífico, derivaron el pasado viernes en disturbios violentos que se han saldado con 40 detenidos y varios heridos.

Las obras de la calle Vitoria previstas por el Ayuntamiento de Burgos preveían dejar los cuatro carriles de la calle en dos, uno para cada dirección y eliminaba más de 300 plazas de aparcamiento gratuito para construir un carril bici de dos direcciones y un aparcamiento subterráneo de pago.

Los vecinos también han protestado por el coste de la obra, de 8 millones de euros, y la duración del proyecto, de 14 meses. Consideran que es un gasto innecesario que choca con los recortes en líneas de autobús y el cierre de escuelas infantiles. Esta situación ha indignado todavía más a los vecinos al conocerse que la empresa encargada de la reforma pertenece a un constructor condenado por numerosas licencias ilegales.

La asociación que inició la movilización contra las obras condenó los actos violentos y se disolvió en el mismo momento en que comenzaron los disturbios, pero la Federación de Asociaciones de Vecinos de Burgos no ha dudado en comparar la violencia callejera con las decisiones políticas que recortan derechos, libertades, servicios y calidad de vida: "Tan violentos son los que queman contenedores, tiran piedras y generan climas de tensión, como los que congelan el salario mínimo interprofesional, permiten los desalojos y anulan las ayudas sociales", señalan.

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