Desde el lunes por la noche una veintena de profesores de la Universidad Complutense de Madrid permanecen encerrados en el edificio del Rectorado de la Universidad para protestar por sus "precarias condiciones" laborales.

La Plataforma de Profesorado No Permanente ha organizado el encierro, con el que quieren hacer visible su situación. "Lo principal es llamar la atención sobre que los recortes de la Comunidad de Madrid están provocando la destrucción de la universidad pública y por tanto de la Complutense y están obligando al Rectorado a mantener el 40% de la plantilla del profesorado en situación precaria", explica Fernando Ángel Moreno, profesor de Teoría de la Literatura en la UCM.

Según denuncia la plataforma en la Complutense hay unos 3.000 profesores (el 40% citado) como personal no permanente, de los cuales unos 1.000 "están en situaciones especialmente problemáticas".

Hasta hace poco se estaba llevando a cabo en la Universidad el Plan de Estabilización de docentes e investigadores, que pretendía ir solucionando la problemática de los docentes con las peores condiciones laborales. Sin embargo, el recorte de los fondos que la Comunidad de Madrid destina a la Universidad ha obligado a interrumpirlo.

"Hay contratos con sueldos de 600 euros al mes, sin cotización a la Seguridad Social y contratos 900 euros con un tercio de cotización a la Seguridad Social", revela Fernando Ángel, que hace ver que "todos tenemos entre 35 y 50 años, todos tenemos familias y seguimos cobrando sueldos indignos".

A esto se añade el hecho de que este miércoles el Consejo de Gobierno de la Universidad debe decidir sobre el destino de 110 profesores a los que se les termina el período en que puede ser renovado su contrato temporal y "como no hay fondos, no se les puede hacer indefinidos, ni renovarles, así que podrían ir a la calle", dice Fernando Ángel.

"El encierro durará hasta mañana seguro y dependiendo de lo que diga el Consejo de Gobierno podrá ser indefinido o no. También tenemos otras medidas pensadas", explica el profesor de Literatura, que ha pasado la noche en el rectorado.

"Hemos pasado mucho frío. No nos han tratado mal en el rectorado, están muy acostumbrados a que haya encierros. Tenemos sacos de dormir, mantas, comida, embutidos y pan, equipo de sonido para hacer declaraciones fuera y poco más", cuenta Fernando Ángel sobre las condiciones de la protesta. "Estamos en el hall del edificio, cualquiera puede pasar a vernos", anima.

Sin embargo, la protesta de los profesores no afecta a la marcha de las clases ni a sus responsabilidades docentes. "Tenemos un sistema de turnos y nadie falta a su clase ni a sus tutorías. Yo no he dormido esta noche, pero ahora me voy a mis tutorías y a mis reuniones, luego a dormir un par de horas a casa y de vuelta al rectorado", explica el profesor.

Sobre las posibilidades de éxito del encierro, la Plataforma de Profesorado No Permanente piensa que "todo depende de la Comunidad de Madrid. El rectorado puede dar su palabra y llegar a un acuerdo, pero al final el dinero tiene que venir de la Comunidad de Madrid", explican.

Los profesores no están solos en su reivindicación: "La dirección de la Universidad dice que nos apoya al 100%, el rector ha hablado con nosotros, pero su versión es que tiene las manos atadas por la Comunidad de Madrid", relata Fernando Ángel.

Además, los propios estudiantes han mostrado su solidaridad con la lucha de sus profesores. "Tenemos el apoyo de los estudiantes mediante la Delegación Central de Estudiantes, Juventud sin Futuro, las asambleas...", enumera el profesor.

Desde la Plataforma alertan además de los peligros por los que pasa la Universidad por culpa de los recortes. El Ministerio impide ahora a los profesores no permanentes, o sea, el 40% del profesorado, el acceso a proyectos de investigación, "por lo que muchos proyectos de investigación han quedado parados", explica Fernando Ángel, que además hace ver que "hay investigaciones contra el cáncer que han quedado paralizadas por eso o por falta de dinero o porque sus titulares han tenido que irse al extranjero".

"Es una situación terrible para la investigación y la cultura española", denuncia el docente.

Según revelan fuentes de la dirección de la Universidad toda esta situación es "una vez más consecuencia de los recortes" que obligan a tomar decisiones como la congelación de la plantilla y el recorte de los fondos. "Desde el Rectorado se está haciendo todo lo posible y buscando soluciones", aseguran las citadas fuentes.