El obispo de Bilbao pide que las reformas no afecten a servicios como sanidad y educación

  • Mario Iceta ha insistido en su homilía en la creación de empleo "digno y justo", no a "cualquier precio".
  • Insta a luchar contra los desahucios y la discriminación de los inmigrantes.
  • Ha apostado por la educación integral como "pilar básico a reforzar.
  • Arremete contra los mercados por su falta de "ética".
Mario Iceta, obispo de Bilbao.
Mario Iceta, obispo de Bilbao.
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Mario Iceta, obispo de Bilbao.

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ha reclamado este miércoles que "las necesarias reformas" que se tienen que realizar en la actual situación de crisis económica, "no comprometan la garantía pública de servicios básicos", como la educación, sanidad, pensiones, asistencia a los ancianos y  discapacitados, y protección de los desempleados.

Asimismo, ha emplazado a instituciones, organizaciones y particulares que "se impliquen en la creación de empleo", pero "digno y justo", no "a cualquier precio".

Ha hecho estas afirmaciones en la homilía que ha pronunciado a mediodía en la Basílica de Begoña de Bilbao, que se ha centrado en el desempleo, "que se revela como una de las consecuencias más dramáticas de la situación actual, afecta gravemente a muchas familias, genera angustia y frustración y, sobre todo, es causa directa de exclusión social".

En este sentido, Mario Iceta ha considerado "particularmente alarmante el número creciente de familias en las que todos sus miembros están en paro y el también creciente paro juvenil, que amenaza el futuro de las personas y de la sociedad".

Por ello, ha considerado "imprescindible que todos, instituciones organizaciones y particulares, cada uno según su capacidad y responsabilidad social, se impliquen en la creación de empleo". "No se trata de crearlo a cualquier precio, sino de sentar las bases de un empleo sostenible, adecuado al presente, con proyección futura, y digno y justo en lo tocante a remuneración, garantías y descanso, incluido el descanso dominical", ha puntualizado.

Protección social

El prelado ha remarcado que, "en estos tiempos duros, no se puede abandonar el objetivo de una protección social adecuada". "No es admisible que los miembros más vulnerables de la sociedad sufran con mayor dureza las consecuencias de la crisis", ha indicado.

En este sentido, ha considerado que "las necesarias reformas no pueden comprometer la garantía pública de servicios básicos para la cohesión y la justicia social, tales como formación y educación, sanidad, pensiones, asistencia a la ancianidad y a la discapacidad, y protección de los desempleados".

"Para su sostenimiento, se hace imprescindible una fiscalidad justa, la persecución del fraude fiscal, la gestión honesta y transparente de los recursos públicos, así como el acceso y utilización responsable de estos recursos por parte de todos, evitando toda tentación de abuso o de fraude", ha añadido.

En su opinión, "parece un principio razonable que la estructura, dimensión y gasto de las administraciones se ajusten a las necesidades reales de la sociedad y a la prestación de servicios necesarios, administrados con rigor, responsabilidad y transparencia. Las medidas de contención del gasto deben estar bien justificadas y aplicarse de modo que no sean causa de desprotección de los más desfavorecidos, ni afecten a los elementos fundamentales que configuran el bien común".

"Al mismo tiempo, tales medidas deben ser acompañadas por acciones enérgicas de estímulo económico que sirvan para crear nuevas oportunidades de trabajo y reorientar la economía hacia su viabilidad y sostenibilidad futura", ha dicho.

Desahucios

Asimismo, ha señalado que los hogares en riesgo de desahucio "constituyen otra preocupación que precisa una solución urgente". "Es necesario encontrar caminos justos para que las familias que se asoman a un duro empobrecimiento no pierdan su casa, evitando que se vean abocadas a la exclusión y a sufrir un hondo sentimiento de desprotección", ha manifestado.

"Custodiemos y promovamos con decisión la familia como bien social de primer orden. Promovamos incentivos económicos, de vivienda y laborales para que los jóvenes puedan constituir nuevas familias. Procuremos la adecuada conciliación de la vida familiar y laboral. La familia se revela en estos tiempos como un recurso capital para sostener a las personas carentes de empleo", ha recordado.

Inmigrantes

También ha recordado la situación de los inmigrantes y ha abogado por hacer "un esfuerzo recíproco y compartido de acogida e integración" y ha recordado que, con la crisis, "son precisamente ellos uno de los colectivos que acusan con mayor severidad la falta de empleo y el empobrecimiento".

"Tras instar a que se busque "una solución justa a las situaciones de ilegalidad, ha apuntado que "la sensibilidad y humanidad que estos casos requieren deben conducir a prestar los servicios básicos que necesitan y a poner en marcha medidas de integración que los rescaten de situaciones injustas y los guíen en la senda de la equiparación en todos los aspectos con los demás ciudadanos".

Mario Iceta ha afirmado que "el modo en que nuestras economías están estructuradas permite movimientos de mercado no conformes a los principios éticos y gravemente lesivos del bien común" y ha dicho que "el mercado, sin ética, se pervierte" y se dan "con frecuencia intereses y movimientos fuertemente especuladores que precisan de clarificación y control". Además, ha apostado por la educación integral como "pilar básico a reforzar".

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