Se llama Carel Pedre, tiene 31 años y es uno de los más reconocidos locutores de Haití, país en el que la radio es aún, por encima de la televisión e Internet, el medio rey. Él fue el primero en utilizar también Twitter (@carelpedre), para informar al mundo del terrible terremoto que arrasó Haití el 12 de enero de 2010.

A través de la red de microblogging, @carelpedre envió fotos, dio información puntual sobre los efectos del seísmo (murieron 222.570 personas, hirió a 300.572 y dejó sin hogar a 1,5 millones de haitianos) y lanzó mensajes de gran utilidad pública. Memorable aquel tuit: "Digicel (compañía telefónica) funciona. Llama a tu familia ahora!" con el que informaba puntualmente cada vez que las líneas telefónicas se hallaban operativas.

¿Cómo recuerda ahora el día del terremoto?

Lo recuerdo como si fuera ayer. Fue un día muy, muy especial. En el mal sentido, claro. Casi todos aquí tenemos algún conocido que murió ese día. En Haití no estábamos preparados para un seísmo así, nunca habíamos vivido nada parecido. Aquel día, y aquella noche con tantas réplicas, nadie durmió. Los días posteriores fueron incluso peores, cuando vimos los efectos del terremoto y empezamos a echar de menos a gente con la que convivíamos. Sin olvidar los momentos en los que nos dimos cuenta de que había que volver a vivir y a sonreír de nuevo.

¿Cómo está Haití dos años después?

Haití se encuentra ahora, dos años después, empezando a despertar y a darse cuenta de lo terrible que fue el terremoto. Hay signos del  desastre por doquier: edificios en ruinas, miseria, lisiados... graves secuelas del terremoto. Ya estabamos mal antes del terremoto, pero fue tan tremendo el golpe que ahora solo podemos intentar levantarnos de nuevo.

La comunidad internacional se volcó en donativos. ¿Han llegado a los haitianos?

Hasta ahora el dinero no ha conseguido cambiar las cosas en Haití. El problema ha sido de liderazgo nacional. No hemos tenido líderes capaces de invertir el dinero en lo que realmente importa, la reconstrucción del país. Dos años después no estamos preparados para otra tragedia similar. No tenemos un gran hospital, no tenemos garantizado el acceso al agua corriente ni equipos de rescate que puedan sacar a la gente de entre los escombros. Ni siquiera tenemos reconstruido el aeropuerto internacional.

¿En qué se ha gastado el dinero invertido por naciones y particulares?

En diciembre pasado se dio a conocer se había invertido menos de la mitad de las donaciones. Pero todavía hay gente viviendo en tiendas de campaña. Pero con el nuevo gobierno, algo empieza a moverse. Empezamos a ver algunos avances en la rehabilitación de edificios y en el realojo de los que viven en tiendas.

El terremoto provocó una auténtica invasión de voluntarios en la isla, ¿siguen sintiendo el apoyo internacional?

Quienes trabajan ahora en Haití ya no son realmente voluntarios. El efecto pasó. La reconstrucción la llevan a cabo ONG pero que han traído hasta aquí a sus profesionales, a los que pagan el alojamiento y alquilan vehículos. El único sector en el que aún se ven voluntarios es en el médico. Todavía hay doctores que vienen a pasar una semana al hospital de Haití para ayudar.

El terremoto de Haití fue una de las primeras tragedias que se contó a través de Twitter. Usted fue el más activo de cuantos tuiteban ese día.

Usé Twitter ese día porque era la vía más rápida de compartir información. Era la forma en la que los medios internacionales se estaban informando, había que contar qué estaba pasando. Hoy, dos años después a los haitianos Twitter nos ha dado una voz propia. Cada vez somos más y nos comunicamos mejor. Además, ahora está siendo clave para compartir buenas noticias.

¿Cómo le gustaría ver a Haití en un año?

¿En un año? Mire, amo a mi país. Aquí he nacido, he estudiado y vivo. Tengo grandes esperanzas. Espero que en una futura entrevista, dentro de un año, pueda compartir sólo buenas noticias. Que cada vez más chicos y chicas van a la escuela, que no hay gente viviendo en tiendas de campaña, que la nación se reconstruye. Me encantaría, pero para eso tenemos que trabajar desde ya.