El proceso de primarias llevado a cabo este domingo por el Partido Socialista (PS) francés ha marcado un punto de inflexión y de acercamiento a la ciudadanía en Francia, al poder votar no solo los afiliados al partido, sino también aquellas personas que se registrasen en el censo. La participación fue un éxito: 2,5 millones de simpatizantes acudieron a votar para decidir a su candidato, eso sí, pagando un euro cada uno.

Este sistema de elecciones abiertas, propio de países como EE UU, es una idea "imposible" de trasladar hoy por hoy a España, advierte Juan Díez Nicolás, catedrático en Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid, teniendo en cuenta la Ley Electoral española, vigente desde 1978.

"Tendríamos que cambiar nuestro sistema para hacer unas primarias con las mismas consecuencias que tienen en EE UU", indica este experto, quien opina que un proceso de primarias abiertas "no forma parte de la cultura política española tal y como está establecido el sistema".

Díez Nicolás no se imagina al PP o PSOE celebrando unas primarias abiertas: "Si así fuera veríamos cosas rarísimas". María José Canel, catedrática en comunicación política de la Universidad Complutense tampoco concibe esta idea: "No tiene pinta de que en España vaya a pasar esto", asegura.

En EE UU, los partidos políticos tienen muy en cuenta el proceso de primarias para elegir al candidato que les representará. Al tratarse de un sistema abierto y de carácter presidencial (se vota más a la figura política que al partido en cuestión), cualquiera puede votar, incluso los simpatizantes del partido opuesto. El requisito es estar inscrito como votante de un partido (que no estar afiliado). No existe la obligación de acudir a las urnas y el voto es secreto, es decir, que se podría votar al partido contrario al que uno se inscribe.

El inconveniente principal para el partido es que resulte elegido su candidato más débil gracias a los votos de los que no simpaticen con él, favoreciendo así una victoria del partido opositor en las generales. Sin embargo, Díez Nicolás da un apunte positivo al respecto: "Un candidato puede incluso atraer votantes de otro partido", de ahí que les interese abrir las primarias a toda la ciudadanía.

Francia, en este caso, ha imitado este sistema, pero con un matiz: un voto, un euro, "para desalentar a los simpatizantes del partido contrario", aclara Díez Nicolás.

Este experto también señala una diferencia principal entre el concepto de militancia en Francia y en España: "Aquí hay muy traspaso de voto de unos partidos a otros, el concepto de militancia que se tiene en España es como quien se apunta a una iglesia o a una secta".

Díez Nicolás opina que más que una cuestión de ideología, "es una etiqueta, el español es más fiel a su partido político que al matrimonio". Por ello, teniendo en cuenta el carácter de los votantes españoles, "ningún partido querría hacer un proceso a la americana".

La catedrática en comunicación política María José Canel ve muy poco probable que los partidos mayoritarios españoles opten por celebrar un sistema de primarias abierto como en Francia: "No está tan asentado como allí", señala. "En las últimas elecciones, el PSOE ya prescindió de primarias", indica Canel, "y eso demuestra que es un proceso que los partidos políticos en España celebran a conveniencia".

En el caso del PSOE, cuando se planteó la celebración de primarias internas (entre afiliados al partido), dos nombres sonaban con fuerza: Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. Sin embargo, la ministra de Defensa renunció a presentarse como candidata al considerar que estaba en riesgo "la unidad del partido, la autoridad de Zapatero" e incluso "la estabilidad del Gobierno". Un día después, Zapatero propuso a Rubalcaba como candidato a las primarias socialistas, este recogió el guante al día siguiente de la proposición y aceptó así presentarse a las primarias.

Además de Rubalcaba, surgieron otros 10 candidatos que debían presentar, en un plazo de 15 días, 22.000 avales ante la Comisión Federal de Garantías. Una vez concluido el plazo, ninguno de los 10 militantes socialistas consiguió reunir suficientes firmas y allanó el camino a Rubalcaba sin tener que celebrar una elecciones.

"Rubalcaba no quiso enfrentarse a un combate de primarias con Chacón", indica María José Canel, "y es posible que eso le afecte al resultado electoral el 20N, aunque habría que analizarlo en ese momento, pero Rubalcaba está construyendo su campaña y liderazgo sobre un primer capítulo que ha sido el de suprimir unas primarias", añade.

El PP, por su parte, aprobó en 2008 durante la celebración de su XVI Congreso Nacional un nuevo sistema para la presentación de candidatos a la Presidencia del partido (a nivel nacional, regional y provincial) inspirado en las primarias de EE UU, pero cerrado a sus afiliados. Según los estatutos aprobados, cualquier militante con el respaldo de las firmas de 100 afiliados podría competir para ser designado candidato.

Sin embargo, una enmienda aprobada en este congreso dejó todo atado para que Rajoy fuese el único candidato a las elecciones generales. Según esta enmienda transaccional, el candidato que fuera elegido presidente del partido en el congreso sería considerado automáticamente candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, para evitar así una posible 'bicefalia' interna. Hasta ese entonces, la Junta Directiva del partido era quien nombraba al candidato a La Moncloa.

Para los comicios generales anteriores (de 2004), fue Aznar quien designó a Rajoy como candidato a la presidencia del Gobierno, sin proceso previo de elección.

Según el catedrático en Ciencia Política Juan Díez, los partidos que más ejercitan las primarias abiertas "son los partidos de izquierda". De hecho, ya en 2010 IU de Valladolid realizó un proceso de primarias de este tipo para todo aquel que quisiera optar a candidato para la alcaldía vallisoletana.

Equo, la formación que agrupa a una treintena de organizaciones ecologistas, está haciendo lo mismo en cada provincia para elegir a los candidatos que les representarán en las próximas elecciones generales el 20N.

Por otro lado, el PSC ya ha puesto los ojos en el método utilizado en las primarias socialistas francesas de cara a la celebración del congreso que los socialistas catalanes celebrarán en diciembre para elegir a la nueva dirección del partido. La ministra de Defensa, Carme Chacón, que va en cabeza de lista del PSC por Barcelona, no descartó este martes la celebración de unas primarias de ese estilo, un sistema que según la dirigente socialista "hace mucho tiempo" que se introdujo en los estatutos del PSC.

El caso de Francia no es pionero en Europa. Las primarias abiertas de la izquierda italiana celebradas en octubre de 2007 eligieron al alcalde de Roma, Walter Veltroni, al frente del Partido Demócrata (PD). La participación fue de 3,4 millones de personas, superando todas las previsiones.

Fuera de Europa, Argentina también puso en marcha el pasado 14 de agosto un proceso de elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, esto es, que todas las fuerzas políticas celebraran unas elecciones abiertas a todas las personas, sin importar el partido al que estuviesen afiliadas.

La experta en comunicación política María José Canel señala que el éxito de votantes en las primarias socialistas francesas "demuestra que la gente quiere participar". "En un momento en que la participación política está en declive, esto indica una tendencia interesante", concluye.