Chiara no sólo cuenta con una fiel comunidad de fans, también atesora una comunidad de fans que entiende el marketing. Y ha creado un gag colectivo con el negocio de la pantalla de Times Square, donde cualquiera puede proyectar un vídeo suyo. Se paga por segundos desde una web a sólo un clic y se utiliza para pedidas de matrimonio, sorpresas a amigos u homenajes a familiares.
El delirio es que ni siquiera hay que pisar Times Square para verte allí en gigante, pues la propia empresa que gestiona el invento ya ha pensado una webcam con la que poder capturar la aparición en el icónico cruce de caminos del centro de Nueva York. Un lugar en el que hay tantos impactos visuales que, en realidad, nadie se fija en la imagen que aparece por esa pantallita.
Pero qué mas da, la gente quiere creerse que está sintiendo la fama e invierte sus dineros en esta tele gigante para recibir su chute de ego. Aunque jamás pueda ir de visita a Nueva York. Esto es bastante más asequible. Los más ilusos pagan para promocionar su Instagram, como si alguien se fuera a fijar en ellos entre tanta publicidad neoyorquina.
Incluso existen empresas que han alquilado los segundos de este panel de leds para decir que su hamburguesa "ha conquistado Nueva York". Te tienes que reír cuando te percatas que cualquiera puede plantar ahí una foto con su prima a través de un pago de 40 dólares.
Pero las fans de Chiara han dado la vuelta al paletismo del negocio redondo de querer verse en Times Square. Y han troleado la pantalla colocando en ella un vídeo de cómo votar a su ganadora de Operación Triunfo. Lo importante no es la misión imposible de convencer al peatón norteamericano, lo relevante era despertar ese meme que fomenta un torbellino de conversación social y, al final, pone en el centro la corriente de apoyo a Chiara. El humor siempre es un aliado. También para el televoto. En eso también hemos cambiado, tomarse las votaciones con menos trascendencia es acabar siendo sustancial.
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