Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Pepa Flores y su arte para modernizar la televisión más surrealista

Pepa Flores protagonizó un especial de Valerio Lazarov, maestro en asombrar al espectador con la fantasía de lo cotidiano que está al alcance de nuestras manos.
Pepa Flores en '360 grados en torno a...'
Pepa Flores en '360 grados en torno a...'
RTVE
Pepa Flores en '360 grados en torno a...'

Año 1972. Empieza un especial en Televisión Española. En el corazón del Estudio 1 de Prado del Rey, aparece su estrella estelar. ¿Nombre? "Josefa Flores González, Marisol. O, simplemente, Pepa". ¿Edad? "Nací en Málaga, el cuatro de febrero de...". Entonces, el sonido se corta. La imagen, también. Aparece una locutora: "Señoras y señores, rogamos disculpen esta avería técnica de sonido". Aunque en los labios de Pepa Flores se ha llegado a leer perfectamente el año: 1948.

La televisión de la época estaba jugando con la broma recurrente de que una mujer no verbaliza su edad. Pero Pepa Flores ya parecía tener bien claro que quería crecer para dejar a Marisol atrás. La exprimida niña prodigio se había hecho mayor y probaba nuevos caminos. Incluso arriesgaba. Y aceptó la propuesta de protagonizar un '360 grados en torno a...', que dirigía la osada imaginación de Valerio Lazarov.

Más de 50 años después, estos 52 minutos de televisión sigue transmitiendo su eterna vanguardia vintage. España intentaba salir del blanco y negro y cada gesto de Pepa Flores desprendía modernidad, ironía y complicidad. Su actitud desprendía estas tres cualidades bien unidas. 

Papa Flores sólo tenía 24 años, pero ya había protagonizado más de 50 discos, 40 programas de televisión y 12 películas. Y aquí parecía pasárselo bien, cantando canciones con puestas en escena que permitían al país de entonces soñar con otros mundos que se creaban desde su propia cotidianidad.

Lazarov salía a la calle y grababa pequeños videoclips con sus artistas desde lugares icónicos. Ella, con su expresiva mirada impregnaba a las canciones de cierta retranca. Marisol cantaba y bailaba: "Todo el mundo me dice que me debo casar, pero yo no quisiera perder mi libertad", "No me importa tu dinero, no me puedes comprar". El programa insinuaba las ataduras de la sociedad de entonces y, a la vez, daba la sensación que intentaba desmontarlas desde una frivolidad que descolocaba. Así dejaba pegado al espectador al televisor. Porque era imposible pronosticar qué iba a pasar durante la emisión. Desde una coreografía hecha tendiendo la ropa en una azotea a una versión futurista del porompompero desde una de las gigantes torres de hierro de la luz del puerto de Cadiz.

360 grados entorno a... removía la rutina del espectador haciéndole fantasear desde sitios reales que están al alcance de nuestros pies. Como la fuente de los pescaítos de Vejer de la frontera, el arco hacia el mirador de Arcos de la frontera, los jardines del paseo de Carlos III de Cádiz... Sitios reales que siguen ahí, tal cual. Decorados eternos donde para siempre actuó Marisol. O, mejor dicho, Pepa Flores.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento