
La organización de Supervivientes puso a sus concursantes un reto: confesar a cambio de comida. Y es que Lara Álvarez les hizo, durante la última gala, preguntas a los participantes y éstos debían ser lo más sinceros posible.
La audiencia votaría más tarde quienes eran los tres concursantes más sinceros y así ellos tres ganarían un trozo de pizza.
Así, llegó la pregunta: "¿Quién creéis que es el concursante más tramposo en lo que vamos de edición?", y Kiko Matamoros no tardó en levantar su propia fotografía.
"He sido posiblemente el más tramposo de la edición porque he participado en todas las trampas colectivas y en alguna individual", decía sin tapujos.
"Algunas las he hecho en beneficio de mis compañeros y otras en beneficio propio. Soy el más tramposo, lo reconozco", decía convencido hasta tal punto que Lara Álvarez dudó con humor de sus intenciones: "Lo que hace una pizza eh...", le decía la presentadora.
"No, no, si lo he largado yo. Cuando me han pillado lo he dicho y aunque no me hayan pillado, también. Esto es supervivencia y la trampa también forma parte de la supervivencia", se excusaba Matamoros, que no desgranó, sin embargo, cuáles eran esas trampas.
Durante el mismo juego también confesó algo de lo que algunos de sus compañeros también le habían acusado: de no hacer nada de trabajo para el grupo. "En términos generales soy el que menos aporta", reconocía.
"No he pescado un puñetero pez, ni pienso. Lo que puedo aportar es sabiduría y buenos consejos, pero bueno eso es más fácil", añadía el concursante.
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