Jessica Bueno tenía muy claro que uno de los límites que no quería cruzar por ningún motivo era el de hablar de su vida privada. Una regla autoimpuesta que ha roto al entrar a formar parte de la octava edición de Gran Hermano VIP. Y es que, unque este no es el primer programa en el que participa, sí que ha sido donde más se ha abierto. 

Sin pelos en la lengua, la modelo no ha dudado en hablar de todos los momentos más importantes de su vida en los últimos diez años. En la casa de Guadalix han salido a la luz los momentos más íntimos junto a sus exparejas y con Irene Rosales. 

A las dos les unen varios puntos en común, desde sus edades parecidas, pues solo se llevan un año de diferencia, a su Sevilla natal o sus respectivos romances con Kiko Rivera y los hijos que tienen en común con el DJ. Entre ambas hay una conexión que ha hecho que se unan en varias ocasiones, como en la comunión del hijo mayor de Kiko y Jessica. 

Si algo ha querido dejar claro la modelo es que entre ellas hay una buena relación. De hecho, la concursante solo tiene buenas palabras para Irene, a quien atribuye el buen cambio del hijo de Isabel Pantoja: "Kiko es muy buena persona y su mujer me cae genial. Es estupenda. Le ha hecho mucho bien a Kiko".

"Le ha dado estabilidad y la seriedad que necesitaba", explicaba la sevillana, asegurando que la buena relación no es solo cosa de ellas. Como ha contado en el reality, todos los hermanos comparten una sincronía casi perfecta.

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Irene, nunca ha llegado a dar su opinión sobre la modelo, más allá de asegurar que desea lo mejor para ella y que "sea feliz". Por el momento, no ha querido dar ningún tipo de declaración sobre las buenas palabras de Jessica. Quien sí que lo ha hecho ha sido Anabel Pantoja, la madrina del hijo de la concursante:  "La vi bastante nerviosa. A ver cómo se desenvuelve. Ojalá llegue lejos".